Jaime de Marichalar declaró ayer ante la Guardia Civil de Soria

La declaración de Marichalar, que comenzó a las diez de la mañana, forma parte de la investigación penal que siempre se abre cuando se produce un suceso con armas en el que está involucrado un menor. Según las fuentes consultadas, durante la declaración el padre del niño explicó de forma pormenorizada cómo se había producido el accidente. En principio, todos los datos apuntan a que se trató de un hecho fortuito, que tuvo unas consecuencias mucho menores de lo que podían haber sido.

La comparecencia de Jaime de Marichalar, que se realizó en las dependencias de la Inspección de Armas de la Comandancia de la Guardia Civil de Soria, estuvo rodeada de la máxima discreción para evitar que en la zona se agolpasen los curiosos y los medios de comunicación.

Además de prestar declaración, la escopeta con la que se hirió Felipe de Marichalar quedó en depósito para proceder a un minucioso estudio sobre su estado, algo por otra parte habitual en este tipo de sucesos. El informe sobre el arma será entregado primero a la juez de instrucción, la titular del juzgado número 1 de Soria, y posteriormente se incorporará al expediente administrativo que previsiblemente se abrirá una vez agotada la vía penal.

Al cierre de esta edición no había trascendido si se había hecho una recontrucción de los hechos, como señalaban algunas fuentes.

Sea como fuere, lo más probable es que ahora la juez de instrucción encargada del caso archive la investigación penal a la vista de cómo se desarrollaron los hechos. En el momento en que eso se produzca, se abrirá el correspondiente expediente administrativo para depurar todas las responsabilidades.

De nuevo será la Inspección de Armas de la Comandancia de Soria la que lo instruya, si bien la más que posible sanción, probablemente por falta grave, será firmada cuando corresponda por el delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano. La multa que se puede imponer a Jaime de Marichalar oscila entre los 300 y los 6.000 euros.

Mientras, su hijo Felipe continúa con su recuperación en la clínica Quirón, en la que ha recibido la visita de buena parte de su familia. Aunque a mediados de semana la previsión darle de alta ayer u hoy, finalmente el equipo médico decidió mantenerlo ingresado al menos hasta mañana, lunes, para continuar con las curas. «Permanecerá ingresado para cumplir el protocolo de antibioterapia intravenosa y realizarle una nueva revisión quirúrgica antes del alta hospitalaria», explicaba el viernes la Casa Real. Como ya informó ABC, el paciente será sometido en su momento a un injerto en la planta de su pie derecho, que ha sufrido lesiones de consideración. No se prevé que le queden secuelas de la herida sufrida.

Fuentes médicas explicaron que, aunque el impacto de la munición de la escopeta se produjo a la altura del segundo metatarsiano, la integridad del dedo no corre ningún peligro, puesto que sigue recibiendo con normalidad el flujo sanguíneo.

La mejor prueba de que todo marcha según lo previsto es que su madre, la Infanta Elena, mantuvo de nuevo ayer su agenda oficial y asistió a la inauguración de la Kermés que organizan anualmente las Damas Diplomáticas para recaudar fondos destinados a instituciones benéficas. Doña Elena no hizo comentario alguno sobre la evolución de su hijo, ni tampoco sobre su padre, el Rey.

La Infanta, que llegó al Palacio Municipal de Congresos en el Parque Ferial Rey Juan Carlos pasadas las once y media de la mañana, presidió la inauguración de este tradicional rastrillo que organizan las esposas de miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en España.

La hija mayor del Rey recorrió durante más de una hora las diferentes mesas donde cada país participante había dispuesto los productos típicos de artesanía y de gastronomía para su venta al público.

Desde el pasado martes, Felipe de Marichalar ha estado acompañado por su padre y por su madre, y ha recibido las visitas de su abuela materna, la Reina Doña Sofía, de su abuela paterna, María de la Concepción Sáenz de Tejada, y de los Príncipes de Asturias, que acudieron al hospital acompañados por sus hijas, las Infantas Leonor y Sofía.