punto de fuga
Física o Química
josé garcía domínguez
Leo que en Italia, a fin de cuentas cuna de la civilización, han decidido proscribir la emisión en horario diurno de cierto serial semi-pornográfico español que responde por «Física o Química». Una ficción destinada al público adolescente en la que el espectador a duras ... penas acierta a distinguir las diferencias entre un instituto de secundaria, el supuesto escenario de la acción, y un puti-club de carretera. Así el héroe positivo de la trama aparece encarnado en la figura de un precoz macarra de modales patibularios. Por más señas, un bisoño aunque ya avezado comerciante especializado en el tráfico de drogas al por menor entre sus compañeros de pupitre. Como es bien sabido, la cosa se difundió aquí con honores de «prime time» y sin escándalo mayor de nadie. Pero esos pobres pacatos del otro lado de los Pirineos aún no están preparados, según parece, para degustar nuestro mensaje de modernidad.
Ocurre que la aparente liberalidad de la sociedad española que tanto asombra a los extranjeros, desde los contenidos procaces de la televisión hasta la versallesca delicadeza de la Policía en el trato con alborotadores y demás ralea, es síntoma de una muy profunda anomia. Esa fachada ficticia apenas constituye indicio externo de un hondo desorden en los valores cívicos. El miedo, que digo miedo, el pánico a que cualquier gesto de autoridad sea tomado por rémora del viejo autoritarismo, es lo que explica esa patología tan nuestra. Al final, la sombra del franquismo ha resultado ser mucho más alargada de lo que todos creíamos. Ese brusco movimiento pendular del puritanismo extremo a la ausencia de normas no admite explicación distinta.
¿Cómo entender si no la reacción pavloviana —«¡Censura! ¡Censura!«— que presume inadmisible toda restricción a la conducta individual, sea la que sea? Sobre el particular, ha sentenciado un Francesco Borgonovo que «Física o Química» refleja los ideales del proyecto moral del zapaterismo. Craso error. Muy al contrario, Zapatero fue la consecuencia, que no la causa, de esta pobre veleta, España.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete