Marc se lleva el triunfo en casa de Pau

Ayer, como si de una maldición genética se tratara, ambos empezaron de manera horrible su enfrentamiento. Un primer cuarto para olvidar en el que firmaron de manera conjunta un 3 de 13 (dos canastas en ocho intentos para Pau y 1 de 5 de Marc) y que dejó a los Grizzlies con ventaja (24-28) gracias al acierto de Rudy Gay (9 puntos) y al de Marreese Speights (8).

Sin remedio en la mala noche de Pau Gasol, fue Andrew Bynum el que se encargó de mantener la esperanza de los Lakers, que al descanso ya perdían de 10 puntos (46-56), que fueron catorce poco después de comenzar el tercer periodo (51-65). A partir de ese momento, el aro se cerró para los Grizzlies, que encajaron un parcial de 15-0 que le dio la vuelta al partido y devolvió la emoción a una grada algo adormecida en el Staples.

La reacción llegó de la mano de Tony Allen, con un 2+1 que despertó a los visitantes. Para entonces, Pau ya sumaba un doble doble (12 puntos y 14 rebotes) a pesar de su aciaga noche en el tiro, culminada con un tapón imposible de Rudy Gay sobre el español que desató las mofas de la grada . Enfrente, Marc se las tuvo con Matt Barnes, en una jugada en la que el angelino terminó lanzándole el balón a la entrepierna con el consiguiente enfado del español. La jugada, lejos de descentrar a los Grizzlies, les dio alas para volver a tomar ventaja en el marcador (74-82, min. 40).

Era el momento de la reacción. Tocaba buscar ese juego de equipo que tan buenos resultados había dado a los Lakers en los últimos partidos. Ramon Sessions, el timón de la franquicia en esos choques, se olvidó de sus compañeros. Anotó con la misma facilidad, pero se quedó en solo 5 asistencias y eso se notó. Kobe se empeñó en hacer la guerra por su cuenta , pero la heroica no le funcionó y los Grizzlies terminaron llevándose la victoria del Staples Center, la primera vez que ganan a los Lakers este año. En el duelo de Gasoles, Pau fue el vencedor moral (16 puntos y 14 rebotes) por los 8 y 6 de Marc, pero si alguno de los dos recuerda esta noche no será por su actuación en la cancha, sino por el abrazo, uno más, que ambos se dieron al acabar. Un clásico.