El giro de CEOE deja al borde de la ruptura la negociación colectiva

El giro dado por Rosell responde a las peticiones de su junta directiva, plasmadas en un documento presentado por el presidente de CEIM, Arturo Fernández, que a su vez es el vicepresidente primero de la CEOE. De hecho, Arturo Fernández fue uno de los más críticos con el preacuerdo que tenía ya Rosell con los sindicatos y así lo manifestó en la última junta directiva, en el comité ejecutivo y en la cena que mantuvieron hace una semana el presidente de la patronal con sus vicepresidentes.

Este frenazo en las negociaciones deja en una mera anécdota la foto de la mesa negociadora, la primera que hacían pública, que distribuyeron la semana pasada para dar a entender a los ciudadanos que la reforma entraba en su recta final.

Un portavoz de CC.OO. manifestó a este periódico que el giro dado ayer por la patronal «es un fraude a la mesa de negociación y a la ciudadanía», ya que, «después de casi cuatro meses de discusiones, los nuevos planteamientos de la CEOE son inasumibles» en un momento en el que «ya estaba encauzado el acuerdo final». El secretario de acción sindical de UGT, Toni Ferrer, admitió que «la cosa pinta mal» porque la patronal ha retomado sus planteamientos maximalistas». Hay que recordar que el Ministerio de Trabajo ha amenazado con aprobar esta reforma con otro «decretazo» —como sucedió con la reforma laboral— si los agentes sociales no llegan a un acuerdo antes del día 10 de junio. De momento, Toxo y Méndez quedaron ayer en estudiar el documento y volver a reunirse con Rosell mañana.

El citado documento de CEIM recupera las propuestas iniciales de la patronal y establece de nuevo unas condiciones mínimas sobre diversos asuntos claves en la negociación colectiva, como la flexibilidad interna de las empresas. Además, aboga por limitar la ultraactividad (prórroga automática e indefinida de los convenios) «que va en contra de la adaptabilidad de las empresas», estableciendo un límite «de entre seis y ocho meses». Pasado ese periodo, «el acuerdo perdería su vigencia». Asimismo, exige descuelgues generales en los convenios, no solo de los salarios, según el texto al que tuvo acceso ABC. En las consideraciones finales, el documento subraya que «la reforma que se vislumbra como posible, incluso con concesiones que pueden ir más lejos en materia de ultraactividad por parte de los sindicatos, no alcanza en modo alguno los niveles mínimos de exigencia de libertad de marco de establecimiento de negociación colectiva.