Donde tantas veces ha sonado la poderosa voz de Plácido Domingo, la del tenor alicantino Antonio Gandía ha encontrado su refrendo. En el estreno de «Don Pasquale», la última obra de la Washington National Opera con Domingo como director general, Antonio Gandía arrancó el viernes por la noche una enorme ovación. Se marcha un tenor -el artista madrileño deja la dirección de la WNO tras quince años al frente-, pero las jóvenes voces españolas garantizan la continuidad en la escena internacional.
Con Domingo en el foso de la orquesta, Gandía impuso su timbre sobre el resto del reparto en su papel de Ernesto, el sobrino de Don Pasquale que se hará con los amores de Norina, en esta «opera buffa» de Donizetti. El tenor alicantino brilló en sus dúos con Ekaterina Siurina, y se llevó el entusiasmo de un público también volcado con los barítonos James Morris (Don Pasquale) y Dwayne Croft (Doctor Malatesta), especialmente en sus trepidantes careos.
El montaje de la obra, debido a Leon Major y ya visto en la New York City Opera, jugó con la idea del «metaescenario»: las escenas, que en sí mismas algunas ya son propiamente representación teatral (la actriz Norina se dedica a la comedia del arte), fueron presentadas ante la audiencia como una obra de teatro, con decorados de bambalinas y luces en el perímetro del foso iluminando las figuras de los actores.
Este «Don Pasquale» acompaña en la cartelera de la WNO a «Iphigenie en Tauride», en la que actúa Plácido Domingo como barítono en el papel de Oreste, y cuya producción, firmada por Emilio Sagi y con diseño de Luis Antonio Suárez, ha llegado de la Opera de Oviedo.




















