Jaume Matas «Asumo responsabilidades éticas, pero no he delinquido»
El ex presidente del Gobierno de Baleares habla con ABC después de que su imputación en el llamado «caso Palma Arena» le obligase hace poco más de un año a dejar su trabajo en EE.UU.

Desde hace poco más de un año, el ex presidente balear Jaume Matas reside y trabaja de nuevo en España. Su imputación en el llamado «caso Palma Arena» le obligó a abandonar su estancia laboral en Estados Unidos: el juez José Castro le impuso una fianza de tres millones de euros, le retiró el pasaporte y le imputó los delitos de falsedad en documento oficial, prevaricación administrativa, fraude a la Administración, malversación de caudales públicos, blanqueo de capitales y delito electoral. «Palma Arena» se encuentra dividido ahora en 25 piezas distintas.
—¿Qué empleo tiene en estos momentos?
—Estaba trabajando en Estados Unidos hasta hace un año, en una multinacional, con un contrato y un sueldo muy buenos, y ahora he tenido que abrir un despacho profesional en Madrid. Evidentemente, los ingresos son menores.
—¿Cómo está anímicamente?
—Afectado por una situación que también perjudica a mi familia y a las personas que más quiero.
—¿Cree que el juez le rebajará la fianza a 750.000 euros?
—Ni creo ni dejo de creer. Es una cuestión judicial que ahora está en manos de mis abogados.
—Ha sido embargado por el banco por no haber pagado 120.000 euros de intereses...
—Sí. Yo tuve que cubrir hace un año una fianza de tres millones de euros que pude afrontar gracias a los bienes de mi madre, de nuestra familia y a los míos propios. Pero esto supone una carga financiera fortísima que con mis actuales ingresos no puedo afrontar sin vender parte del patrimonio heredado, que es lo que voy a hacer.
—¿Entiende las críticas a su elevado nivel de vida anterior?
—Afortunadamente, yo puedo pasar esta prueba, que no sé si todos los políticos podrían pasar. Tengo el mismo patrimonio que cuando entré en política hace veinte años más lo que he heredado. Y lo único que ha cambiado es que vendí la casa que tenía en Cas Català y que compré el piso palmesano de la calle Sant Felio —conocido como el «palacete»— con una hipoteca. Yo he gastado lo que he ganado, tanto con mi trabajo como con las rentas del patrimonio heredado de mi familia. Esto lo he demostrado y lo seguiré demostrando.
—¿Cree que como político dañó de alguna forma la imagen del PP?
—Yo creo que no, en primer lugar porque en 2007 dejé ya la política, y en segundo lugar porque desde que fui imputado, mucho tiempo después, he hecho todo lo que he podido para que bajo ningún concepto esta situación injusta pudiese afectar a mi partido. Si yo hubiera seguido en política, la situación a lo mejor habría sido más grave y más perjudicial para el PP, del que ya sabe que me di de baja.
—¿Cree en la Justicia?
—Sí, a mí es la Justicia la que me salvará de todo esto, la que pondrá las cosas en su lugar. No se puede quitar la presunción de inocencia a las personas así como así.
—Se ha demostrado que José Luis Moreno no le sobornó...
—Se ha demostrado que era una falsedad y una calumnia. Esto evidencia lo que será todo este proceso del caso «Palma Arena». Dos fiscales de Baleares aceptaron la querella de un señor sabiendo que es un delincuente, que ha sido condenado y que fue despedido por Moreno. Estos fiscales se han equivocado y me han ocasionado un perjuicio que no tiene vuelta atrás, porque el mal ya está hecho.
—¿Reconoce errores políticos en su gestión como presidente autonómico?
—Sí, siempre hay errores políticos. Visto lo visto, las equivocaciones que más nos afectan se encuentran, más que en las infraestructuras que ejecutamos, en no haber puesto en marcha mayores controles por parte de la Administración pública al llevar a cabo los distintos proyectos previstos.
—Tiene abierto contra usted un amplio sumario y sin embargo sólo admite que no pagó a Hacienda...
—Sí, sin duda aquello fue un error, aunque no es ningún delito. En su momento, gestionamos, de rentas familiares heredadas, ingresos y gastos no aclarados convenientemente. —¿Era necesario un palacio de la ópera para Palma?
—Yo creo que sí. Yo quería favorecer la desestacionalización del modelo turístico, y creía que todo aquello que fomentase la llegada de visitantes más allá de la temporada de verano era una prioridad, y creo que sigue siéndolo aún hoy. El anteproyecto del palacio de la ópera se encargó a Santiago Calatrava porque reunía las condiciones que no tiene ningún otro arquitecto en el mundo, ya que Calatrava es, además, ingeniero y artista. —¿Se siente perseguido judicialmente?
—Yo no me puedo permitir el lujo de hacer ahora esta valoración. Eso es algo que el tiempo dirá.
—¿Podrá demostrar su inocencia?
—Absolutamente. No tengo ninguna duda de ello, porque sé que no he hecho nada malo. He cometido errores, como todo el mundo, y asumo las responsabilidades políticas o incluso éticas que me puedan corresponder. Pero no he cometido ningún delito.
—Mucha gente está enfadada con usted. ¿Qué tiene que decirles?
—Un día, en el aeropuerto de Son Sant Joan, una señora que me había votado se me acercó y me dijo: «Si las cosas que se dicen de usted son ciertas, debo decirle que entonces estoy muy decepcionada con usted». Yo le respondí que me diera un margen de confianza para poder demostrar que esas cosas no son verdad. Aunque entiendo que no todo el mundo pueda darme ese margen.
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