Exteriores pide informes a Marruecos sobre el posible asesinato de un español
De acuerdo «con los datos de que se dispone», Baby Hamadi Buyema «poseería un documento de identidad español», subraya el Ministerio
El Ministerio de Exteriores, a través de la embajada de España en Rabat, pidió ayer al Gobierno marroquí información sobre el fallecimiento en los recientes enfrentamientos de El Aaiún de Baby Hamadi Buyema. Así se afirmaba anoche en un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores español, en el que se subrayaba que «de acuerdo con los datos de que se dispone hasta el momento» Baby Hamadi Buyema «poseería un Documento Nacional de Identidad español», según informó Efe. ABC, al cierre de esta edición, no había recibido la citada nota de Exteriores ni tenía confirmación de la misma.
Con antelación al mencionado comunicado y en conversación telefónica desde Alicante, Lehmad, que se presentó como hermano de Baby Hamadi Buyema, explicó a Efe que Baby tenía nacionalidad española y fue «brutalmente» asesinado por policías del cuerpo especial (GUS), creado para el Sahara Occidental. Lehmad indicó que su hermano obtuvo el documento nacional de identidad español (DNI) este pasado agosto «en una comisaría de Murcia», añade Efe.
Baby Hamadi Buyema, según informó la Coordinadora de Amistad con el Pueblo Saharaui de Alicante, habría nacido el 13 de febrero de 1975 en el Aaiún cuando este territorio era provincia española, y residió en la provincia de Alicante «durante algún tiempo». Según la ONG Fundación Sahara Occidental estaba casado y era padre de dos hijos, Saad, de 4 años, y Aya, de un año de edad. En caso de confirmarse hoy la nacionalidad española del fallecido, la justicia de España tomaría cartas en el asunto y solicitaría una investigación judicial de los hechos.
Pérdida de nacionalidad
En cualquier caso, no le bastaría haber «residido durante algún tiempo» en España para obtener la nacionalidad, toda vez que aun habiendo nacido en El Aaiún antes de la Marcha Verde, durante administración española, la nacionalidad se perdió para todos aquellos nativos de las dos ex provincias una vez entregado el territorio, el 26 de febrero de 1976, conforme estableció ese mismo año el Real Decreto 2258/1976. Esta norma fijaba un plazo de un año para solicitar la nacionalidad española, mediante los documentos acreditativos y ante el juez, a todos los naturales del Sahara Occidental nacidos bajo administración de España y que se hubieran establecido después en territorio nacional. Todos los demás, perdían la nacionalidad. Desde entonces, como en la mayoría de los casos, la nacionalidad española se adquiere «por residencia» tras un periodo de diez años en España, dos en el caso de ciudadanos de países de Hispanoamérica.
Ayer, mientras la calma volvía progresivamente a El Aaiún, el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Abdelaziz, pidió que Naciones Unidas envíe una misión de investigación a El Aaiún, capital del Sahara Occidental, y que la Minurso (la misión de la ONU permanente en la ex colonia desde hace dos décadas) «proteja a los civiles».
Naciones Unidas
El Consejo de Seguridad de la ONU abordará el martes de la semana que viene la situación en el Sahara Occidental. El enviado especial del secretario general, el norteamericano Christopher Ross, informará de cuál es la situación en el territorio y del balance de las conversaciones informales que esta semana han mantenido en Nueva York las delegaciones de Marruecos y del Frente Polisario. Además de organizar el referéndum de autodeterminación, la Minurso tiene entre sus mandatos el mantenimiento del alto el fuego entre las partes desde que se estableció en el territorio en 1991. Aunque El Aaiún vive los disturbios más graves en años, ninguna de las partes se ha referido a ellos como ruptura del alto el fuego.
«¿Por qué no se activan los mecanismos previstos en la ONU, tanto por parte de la Asamblea General como por parte del Consejo de Seguridad?», se pregunta un diplomático español experto en el conflicto del Sahara Occidental.
La tensión se disparó en la capital de la ex colonia a principios de semana. Según Marruecos hay once muertos, diez de ellos agentes. Según el Polisario son 19 los fallecidos, 4.500 los heridos y 2.000 los detenidos tras el desmantelamiento por las Fuerzas de Seguridad de Marruecos del campamento-protesta en el que se habían instalado unas 20.000 personas.
«La ONU —insiste el diplomático— puede entender que ya está actuando por medio de los contactos que (el enviado especial Christopher) Ross facilita a las partes, pero eso es distinto de la inseguridad que reina en el territorio».
Mientras tanto, la aventura de los tres primeros periodistas españoles que lograron romper el bloqueo informativo impuesto en El Aaiún terminó en la tarde de ayer en comisaría. Los tres integrantes del equipo de la cadena Ser fueron interrogados por agentes marroquíes y se les notificó que serían expulsados. «Ni en 2005 (durante la Intifada), ni en la visita del rey en 2006, ni con el regreso de Aminatu Haidar (en 2009) la ciudad estaba así, desértica y con tanta tensión», relató a ABC el periodista de la Ser Nicolás Castellano refiriéndose al panorama que se encontró al llegar a El Aaiún el miércoles. «Nunca he visto a los saharauis con tanto miedo. Casi no quieren ni hablar con nosotros por teléfono», dijo mientras trataba de llevar a cabo su trabajo horas antes de que varios agentes de paisano los trasladaran a dependencias policiales.
En el caso de estos tres periodistas, Exteriores sí remitió anoche a ABC una nota oficial según la cual se han pedido a Marruecos explicaciones al respecto.
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