Montilla advierte de que no se devolverá ninguna competencia y que el catalán seguira siendo lengua vehicular

En un discurso muy reivindicativo donde la palabra “nacional” apareció en muchas ocasiones, dijo que Cataluña asiste a “una hora grave para Cataluña”, pues “la voluntad pueblo Cataluña expresada en referendum, se ha visto alterada y menospreciada”. Criticó la “actitud hostil de una parte de la clase política y social española” y advirtió que esta “crisis institucional y política puede agravar la grave situación política que sufrimos por la recesión económica”.

La sentencia, dijo, debe ser acatada, “no seré yo quien llame a la rebeldía como en épocas anteriores, pero problemas restituir la voluntad popular. Ésta es la que tenemos derecho a reclamar, como hicimos el pasado sábado en la manifestación”. El mandatario catalán aseguró que con esta sentencia “nos han faltado al respeto, que ya sentimos a lo largo del proceso de reforma, ya lo dijo Maragall en el Senado: Cataluña pide respeto para su reforma, que sigue escrupulosamente las indicaciones de la Constitución”. Pero, en su opinión, se multiplicaron hechos irrespetuosos, “por parte de quienes presentaron recurso contra el Estatut y no lo hicieron con otros textos. O quienes emprendieron una campaña indigna contra todo lo que venía de Cataluña”. También censuró a quienes restan importancia al recorte”, en alusión al PSOE.

Montilla detectó “tres tipos de problema: la relación entre Cataluña y España, la confrontación de legitimidades y cómo aplicar el Estatuto vigente”.

La respuesta de las fuerzas que defienden Estatuto, dijo, no es coincidiente “pero debe haber margen para definir una hoja de ruta en un margen de tiempo relativo. Debemos evitar poner interés partidista por encima de la defensa de la letra y el espíritu del Estatuto”.

Auguró que la sentencia “influirá a partir de ahora la relación entre Cataluña y España, influirá en los ánimos colectivos, en las expectativas de futuro, en el ánimo de confianza. Es una cuestión de fondo que atraviesa nuestra historia contemporánea”. Apeló a seguir por el camino catalanista que emprendió el presidente Tarradellas en el marco de la Constitución. Pero “con el simple juego de mayorías parlamentarias no se logrará, se necesita acuerdo amplio para poder negociar con las instituciones del Estado. Quizá nuestra dificultad es hacer entender que no es un pacto coyuntural, sino un pacto que exige una cultura y una conciencia plurinacional. Si España quiere dar respuesta al problema secular de Cataluña, debe cambiar Es un problema de España, que Cataluña ha planteado con lealtad”. Respecto a la confrontación de legitimidades, propuso una “reflexión sobre la relación entre instituciones políticas y judiciales. La relación asimétrica entre la centralidad y periferia sólo puede resolverla una institución independiente”, en alusión a la actual composición del TC.

Montilla asegura que el fallo ha salvado el núcleo duro del Estatuto porque el PP recurrió más de la mitad de los 200 artículos. “El Estatuto sigue plenamente operativo, con sus competencias, derechos, financiación, participación en decisiones estatales y nuestro régimen lingüístico en las escuelas. Ninguna competencia debe ser revisada y el catalán será la lengua vehicular en los colegios”. Montilla apeló a reforzar el pacto constitucional