El primer laboratorio submarino de España podrá detectar terremotos

El laboratorio fue instalado el pasado mes de mayo por el buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa del CSIC. En un principio, permitirá estudiar desde tenues variaciones en la temperatura o salinidad de las aguas para comprobar su calidad, a señales acústicas, contaminación por residuos, etc. Funcionará de forma permanente, ya que los cuatro kilómetros y medio de cable de fibra óptica al que está conectado elimina la dependencia a las baterías de vida limitada.

La instalación científica está forma por dos cilindros. Uno de ellos integra la electrónica y el otro, el acoplamiento con los cables de alimentación del sistema. Una cámara IP graba imágenes del fondo marino y resulta accesible desde internet. Mientras, el hidrófono registra las variaciones acústicas en el medio marino.

Los investigadores pretenden trasladar este laboratorio a mayores profundidades y abriri el acceso a la plataforma a una amplia comunidad científica e industrial. Sus promotores creen que Obsea se prodría utilizar en la identificación de riesgos geológicos, como la detección de terremotos y tsunamis, fallas sismícas activas, erupciones volcánicas, la variación del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos. También puede aportar datos sobre el estudio del cambio climático y los ecosistemas marinos.