«Obama no va a resolver en una noche unos problemas con Irán que duran más de treinta años»
La República Islámica de Irán está a punto de celebrar su treinta aniversario en medio de un contexto internacional marcado por la expectación ante la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca. Davoud Salehi, Embajador en Madrid, forma parte de la diplomacia iraní prácticamente desde el triunfo del Imán Jomeini y considera que resulta “imposible entender el Irán actual sin tener en cuenta los ocho años de guerra con Irak”.
-Estados Unidos tiene un nuevo Presidente y su lema principal es ‘cambio’, ¿piensa que este cambio puede afectar también a las relaciones entre Estados Unidos e Irán?
-Respetamos el voto de los ciudadanos americanos y nuestro Presidente ya felicitó al ganador de los comicios. Su eslogan apostaba por el cambio y por eso desde Irán le pedimos que no vuelva a caer en los errores del pasado. De todas maneras, Obama no va a resolver en una noche unos problemas con Irán que duran más de treinta años.
-A pocas semanas de este treinta aniversario revolucionario, ¿qué ha aportado a Irán esta revolución?
-La independencia. Ni Occidente, ni Oriente, no dependemos de nadie. Irán se ha erigido como la gran potencia de la región, tenemos grandes capacidades y nuestras relaciones internacionales no están sujetas al autoritarismo de otras potencias. Ocho años de guerra impuesta –el conflicto mantenido con Irak- nos enseñó a ser autosuficientes, pero que todo el mundo tenga una cosa clara, los iraníes odiamos la guerra.
-Nuevo presidente en Washington y elecciones presidenciales a la vista en Irán, ¿cómo valora la etapa de Ahmadineyad al frente del ejecutivo?
-Soy diplomático desde hace más de veinte años y he conocido a tres presidentes diferentes. A cada uno de ellos le ha tocado un contexto internacional distinto, pero ninguno ha cambiado las líneas generales de la revolución. La mayor responsabilidad de Ahmadineyad ha sido la de hacer frente a un Gobierno como el de George Bush, que ocupó militarmente Irak y nos ha negado de forma sistemática nuestro derecho a la energía atómica.
-Washington les acusa de no colaborar lo suficiente en la estabilidad de Irak o Afganistán, ¿se siente Irán amenazado con este despliegue militar en sus fronteras?
- Afganistán e Irak no tienen soluciones militares, sólo políticas y, como país vecino, sabemos atender con precisión a la evolución de ambos conflictos. Hemos advertido en varias ocasiones a la OTAN y a los países de la UE con presencia en suelo afgano de nuestra importancia. Es algo que chinos y, sobre todo, rusos conocen muy bien, ¿queremos que a la OTAN le ocurra lo mismo que a los rusos? Respecto a Irak, que nadie olvide que pese a ser incluidos en el ‘eje del mal’, nos hemos sentado en una mesa con los americanos para colaborar en la pacificación del país. Si Irán no es benevolente, la situación empeorará en Oriente Medio.
-¿Hasta dónde está dispuesta a llegar la república islámica en su carrera nuclear?
-No es una carrera, es un derecho. Formamos parte del Tratado de No Proliferación, colaboramos de forma estrecha con el 5+1, hemos llegado a acuerdos con Javier Solana, pero la comunidad internacional no es sincera. Israel, Pakistán o India tienen armamento nuclear y no pasa nada, nosotros sólo queremos obtener energía y nos sancionan. Somos transparentes y, como dice el refrán persa, “quien tiene las cuentas claras, no tiene miedo al auditor”.
-Pese a la caída del precio del crudo, su Presidente asegura que es capaz de gobernar Irán con un barril de petróleo a cinco dólares, ¿cómo está afectando la crisis mundial a su país?
-No es algo nuevo, durante la guerra con Irak nos veíamos obligados a vender el barril a ocho dólares. El mensaje de Ahmadineyad significa que tenemos experiencia y sabemos resistir ante este tipo de crisis ficticias. Nos afecta menos ya que nuestra dependencia de esta banca mundial hoy fracasada, es mínima.
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