A Steve Jobs no le gusta el porno

J. F. ALONSO

Cada abril se celebra en Cannes una de las grandes ferias de la industria del entretenimiento. Los ejecutivos de las televisiones viajan a la Costa Azul en busca de algún rayo de sol en los corrillos de la MipTv y, luego, si hay tiempo, en la playa. Se buscan ideas, léase dinero, vueltas de tuerca a la telerrealidad, argumentos de series, concursos buenos, bonitos y baratos, una bombilla encendida. En la edición de este año ha triunfado, al menos en el runrún de pasillos, la productora francesa de contenidos pornográficos Marc Dorcel, con un proyecto de programas en 3D para adultos. Ahí y en el deporte -opinaron muchos- estará el negocio de los nuevos canales y de esos receptores que empiezan a llegar a las tiendas al calor del gigantesco «boom Avatar». No será nada extraño. Al cabo, si la pornografía es uno de los contenidos que genera más ingresos en internet, ¿por qué no va a hacerlo en la televisión en tres dimensiones?

A algunos, eso sí, no les gusta, entre ellos Steve Jobs. Esta semana,Techcrunch, uno de los primeros blogs del mundo (techcrunch. com), reprodujo una cadena de correos electrónicos del jefe de Apple en los que, según esta información, le contestaba a un cliente en estos términos: «Creemos que tenemos la responsabilidad moral de mantener el porno lejos del iPhone. La gente que quiere porno puede comprar un teléfono con Android».

La opinión atribuida a Jobs parece creíble, porque no hay aplicaciones de este tipo en el teléfono de Apple y porque hace unas semanas, en una presentación del iPhone OS 4.0, utilizó un argumento parecido: «Usted sabe que hay una tienda de pornografía para Android. Puede descargar porno, sus hijos pueden descargar porno. Es un lugar al que no quiero ir, así que no vamos a ir allí». Entre las tendencias debatidas en el MipTV y el recelo de Jobs anda el juego. ¿Qué elegirán los directivos de la televisión?