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Montero y Moreno

«Entre todos» es un programa solidario, no de denuncia social. Un teletón diario

Montero y Moreno tve

ROSA BELMONTE

Si la bendición de Mariló Montero tiene efecto, «Entre todos» será un éxito. Comparar el recibimiento que dio el año pasado a Igartiburu cuando esta fue a promocionar «+Gente» y el que dio ayer a Toñi Moreno, con abrazos y elogios , es comparar el trato a una rival (rubia) con el dado a una querida compañera. Mariló ha vuelto en forma a «La mañana de La 1».

«No me oye». «Sí le oigo». «Pues entonces atienda lo que le estoy diciendo, que ha soltado usted una parrafada…», le dice a una señora por teléfono. Esa es mi Montero. Ya por la tarde, Toñi Moreno estrenaba «Entre todos» (adaptación de su «Tiene arreglo» andaluz). Me acordé de «Cranford», cuando el personaje de Judi Dench se arruina y sus amigas se reúnen para ayudarla procurando que no se entere de dónde viene la pasta. Me acordé porque aquí es lo contrario.

Aquí se aplaude y se jalea a los que dan dinero. Al grito de «¿Qué tengo?», Toñi Moreno recibe llamadas para sus «préstamos solidarios». Y así consiguen dinero para una chica que sufrió un ictus y tiene que pagarse las terapias o para una mujer que quiere poner una tienda. «Doy 1.500 euros». Toñi salta y suelta: «¡Toma!» . En «Sálvame» hacían algo así con más discreción. La solidaridad está muy bien, que la gente necesitada reciba ayuda también, pero ¿y la denuncia social? El programa da la impresión de que este país, y el estado de bienestar, se han ido al garete. Es la parte más deprimente.

Montero y Moreno

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