en libertad el asesino de anabel segura

«No creo que Emilio Muñoz vuelva a delinquir, no es una mente psicópata»

Su primera abogada, Emilia Zaballos, dice que «con él se puede conseguir la reinserción, no es como con los violadores»

«No creo que Emilio Muñoz vuelva a delinquir, no es una mente psicópata» m. cieza

maría josé muñoz

Le faltaban nueve años de condena, pero este miércoles, 27 de noviembre, quedó en libertad uno de los dos asesinos de la joven Anabel Segura , un suceso que conmovió a toda España y especialmente a la comarca toledana de La Sagra, donde ya ni siquiera existen vestigios de las altas chimeneas de la antigua fábrica de ladillos que fue escenario del horrible crimen.

La manta de silencio y olvido del paso de los años se levantó ayer de forma brusca cuando, al borde de las 12.30 horas, salió de la prisión de Herrera de la Mancha el asesino . Arrastrando un carrito con sus pertenencias, Emilio Muñoz Guadix, casi irreconocible con un nuevo «look» fruto de su estancia carcelaria —pelo largo y canoso y gorro de lana calado hasta las cejas—, se encontró con una nube de periodistas que fueron testigos de la « inmediata» puesta en libertad ordenada poco antes por la Audiencia Provincial de Toledo, la misma que en febrero de 1998 le condenó a la pena de 42 años y 18 meses de prisión por un delito de asesinato y otro de detención ilegal, hechos cometidos en 1993 en compañía de Cándido Ortiz, muerto en 2009 mientras cumplía condena.

Aunque Muñoz aseguró ayer ante las cámaras que no se considera un peligro para la sociedad y que cometió un «error grave» que asumió desde el primer momento, —además de que «Estrasburgo ha hecho justicia»—, a continuación pronunció unas sobrecogedoras palabras: «La rehabilitación es uno mismo. Ni psicólogos, ni nada... es uno mismo. Si uno quiere ser malo, es malo. Y si quiere ser bueno, es bueno» .

La estudiante madrileña de 22 años salió de su casa de La Moraleja (Alcobendas) el 12 de abril de 1993 para hacer «footing». Era un día festivo y la calle estaba desierta. De una furgoneta blanca salió un hombre que la abordó. Era Emilio Muñoz. Los gritos de Anabel alertaron a un jardinero del colegio cercano , pero solo llegó a ver una furgoneta blanca que se alejaba. Avisó a la policía.

Nada más se supo de ella, nadie nunca más la vio con vida, pero tendrían que pasar aún dos años para que la sociedad española supiera que estaba muerta, cuando detuvieron a sus asesinos . Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Toledo, dictada el 4 de febrero de 1998, tras idear su plan de «capturar a una persona de familia adinerada» y exigir rescate, Cándido Ortiz propuso a Emilio, amigo de la infancia, dar «el golpe y repartirse los beneficios».

La noche de autos llegaron ambos a la fábrica de ladrillos abandonada y ataron a la joven de pies y manos. Preocupados por haber sido vistos en su huida y ante la posibilidad de ser reconocidos por Anabel, «llegaron a la conclusión de que debían acabar con su vida, lo cual hicieron mediante ahorcamiento colocándole una cuerda alrededor del cuello », dice el fallo.

Dos días después, en la casa de la familia Segura se recibió una llamada anónima pidiendo 150 millones de pesetas por la liberación de Anabel. «¿Cómo no se va a acordar uno?, se acuerda por el delito tan grave, ¿quién puede perdonar eso? Se nos fue de las manos, pero no se puede hacer nada, pedir perdón y nada más», contestó Emilio Muñoz tras reconocer que el motivo del crimen fue «puramente económico».

Digiréndose a la familia, dijo: «Lo siento, siento mucho lo que sucedió, ya lo dije en el tribunal, daría diez años de mi vida para que no hubiera pasado esto». Pero ahora, él tiene claro que ya ha pagado su condena «de más de 30 años» y pretende ir a vivir a Madrid para emprender una nueva vida.

«El único móvil por el que actuaron los acusados fue la codicia , lo cual queda patente por la excesiva cantidad solicitada, dice el fallo judicial . En agosto de 2022, Emilio Muñoz, «de carácter dominante y violento», quizá celebre los nueve años que llevará en libertad adelantada.

Su primera abogada (tuvo hasta cuatro), Emilia Zaballos, renunció a su defensa debido al carácter de Muñoz, quien «más que estrategias de defensa, me imponía estrategias de acusación a los otros dos acusados (la tercera era Felisa, mujer de Emilio) para que todos tuvieran la misma pena». Aunque habla de él como una persona «arbitraria, codicioso de otro nivel de vida, -era albañil-, ambicioso», dice segura que « con este perfil de delincuente se puede conseguir la reinserción, no es como con los violadores, no creo que vuelva a delinquir, no es una mente psicópata . Además, de todos los que han salido es el único que ha pedido perdón. Otra cosa es que la sociedad le perdone».

«No creo que Emilio Muñoz vuelva a delinquir, no es una mente psicópata»

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios