Moda
Protocolo del paraguas para no fallar con su uso
Este accesorio puramente funcional para protegerse de la lluvia requiere de unos códigos de uso que merece la pena repasar

Qué poco espacio se le dedica al paraguas en las publicaciones de moda. Seguramente con razón, porque es un accesorio que no termina de calar entre las generaciones jóvenes, que lo ven exclusivamente por su función práctica que por la estética —y eso quienes lo utilizan, porque muchos prefieren llevar una prenda impermeable con capucha y las manos libres—, pero no hay que olvidar que el paraguas también forma parte del estilo personal.
Es curioso lo que ocurre con este accesorio al que exprimimos en primavera y otoño sobre todo. Apenas ha pasado el tiempo por él ni por el protocolo que marca cómo debemos usarlo. En sus versiones infantiles, los paraguas son festivos, alegres, coloridos, decorados, estampados… y de repente, se ponen serios con la mayoría de edad. Si acaso los paraguas transparentes , importados de Japón, donde son mayoría en las calles de sus ciudades, le restan algo de rigidez y formalidad a este accesorio. Pero, en líneas generales, siguen ganando por goleada los diseños oscuros, sofisticados , clásicos en definitiva.
Y lo cierto es que, sin que sirva de precedente, parece harto complicado encontrar una versión del paraguas masculino que dé el callo en cuestión de estilo mejor que la versión clásica. Al fin y al cabo, salvo que seas un icono de moda o tengas un don especial para los complementos, con el paraguas lo que debemos buscar es no meter la pata . Y versatilidad, mucha versatilidad, ya que no queremos juntarnos con cinco o seis paraguas en casa. Queremos uno, a lo sumo dos, que nos sirvan para ir de boda, para ir a trabajar con independencia de si vamos en traje o en vaqueros, y también para sacarnos de un apuro en el día a día si toca bajar a la calle mientras llueve.
No todos estos condicionantes específicos acerca del paraguas, apostar por el paraguas clásico parece lo más sensato. ¿Y cuál es el clásico? El diseño de ocho varillas y mango con forma de u . No hace falta que sea tamaño XXL: deje estos para el maletero del coche, donde llevamos uno de emergencia para toda la familia en caso de tormenta repentina. Los plegables , como mucho, para la maleta de viaje, pero no pueden ejercer de paraguas principal de un hombre elegante. Si es manual y automático, eso ya es una cuestión personal. No lo es del todo, en cambio, el color : es lógico adecuarlo a tu gusto estético y a tu estilo, pero si quieres versatilidad, son los colores oscuros los que te la garantizan. Y, por supuesto, también importan los materiales: marcan la diferencia entre un paraguas correcto y otro sobresaliente.
¿Y el protocolo para utilizarlo?
Por el protocolo que marca cómo utilizar el paraguas tampoco ha pasado el tiempo. Sus normas de uso son las mismas que antaño. A continuación, remarcamos las más importantes según expertos como Protocolo.org
Si no llueve, y vamos caminando por la calle, el paraguas se debe llevar colgado del antebrazo . No es capricho de nuestros abuelos transportarlo así. Por supuesto, esto implica que la punta del paraguas siempre apunte, valga la redundancia, hacia el suelo. ¿Y como bastón? Se puede llevar así aunque no es lo aconsejable, pero siempre pegado al cuerpo y nunca a modo de bastones de senderismo ni elemento de danza —nada de zarandeos y juegos de equilibrio con él—.

Parece de perogrullo pero no hay que olvidar que el paraguas, cuando es compartido, debe llevarlo la persona más alta , que protegerá principalmente a su acompañante, evitando que se moje con la lluvia directamente o con el agua que cae del propio paraguas.
Es fundamental llevar el paraguas abierto de manera que podamos ver el perímetro , lo que hay a nuestro alrededor. Así podremos ladearlo un poco si es necesario para no chocar o bien levantarlo para permitir que la persona que viene pase por debajo de nosotros. En caso de que sea más alta que tú, haz lo contrario: baja el paraguas. ¡Ah! Y en los soportales y galerías, se debe cerrar el paraguas, no basta con bajarlo.
Al andar por la calle con paraguas es esencial hacerlo por nuestra derecha, pegados a la pared , cediendo el paso especialmente a quienes más difícil lo tienen: personas mayores, familias con carros de bebé, sillas de ruedas, etcétera.
Otra norma de uso completamente lógica respecto al paraguas es que lo cerremos siempre antes de entrar en algún espacio cubierto , nunca dentro. Y si lo vas a sacudir, fíjate bien en que lo haces en la calle, sin mojar a tu alrededor a nadie ni tampoco el portal o entrada del restaurante o tienda, por ejemplo, donde te halles.
Por último, un detalle que no es baladí. A veces, nos prestan un paraguas porque no disponemos de él a mano. Puede pasarnos a todos. De hecho, el protocolo tiene en cuenta esta situación. Lo que dice al respecto es lo que el sentido común nos grita: asegúrate de que devuelves el paraguas .
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