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Chris Brown, el magnate que salvó su vida al retirarse 'in extremis' del último viaje del Titán: «Todo era un poco chapucero»

Alertado por un diseño que no le complacía, pidió a la compañía algún tipo de credencial sobre la seguridad del submarino, pero no la obtuvo; por lo que decidió no embarcarse en la aventura y pedir el reembolso de la fianza

Amigo de Harding, uno de los fallecidos, tomaron la decisión de visitar el Titanic tras tomar unas cervezas en la isla privada de Richard Branson, el magnate de Virgin, también amigo de ambos

'Implosión catastrófica' del Titan: ¿qué le pasó exactamente?

Chris Brown en una aparición en la BBC. A la derecha, el submarino Titan durante una inmersión bbc/oceangate

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El viaje de ensueño para descubrir las profundidades marinas y ver con sus propios ojos restos del mítico Titanic se ha convertido en pesadilla y trampa mortal para los cinco pasajeros del Titan, el submarino que sufrió una «implosión catastrófica« en algún momento de su travesía submarina, según señalan los primeros informes. Pero podrían haber sido seis, ya que a última hora, Chris Brown, magnate dedicado al marketing de 61 años, y amigo del explorador y billonario británico Hamish Harding (que murió en el accidente), decidió desapuntarse. El motivo: no se fiaba de la tecnología y la seguridad de OceanGate.

Según relata el propio Brown al diario británico 'The Sun', Harding y él decidieron esta nueva aventura después de estar tomando unas cervezas en la isla privada de Richard Branston, dueño del emporio Virgin (que incluye Virgin Galactic, compañía que ofrece viajes al espacio). Sin embargo, al revisar el equipo del submarino, a Brown no le gustó que el piloto usara un mando de videoconsola para controlar el submarino. Tampoco le entusiasmó el sistema de inmersión.

«Descubrí que usaban viejos postes de andamios para el lastre del submarino -pesos que ayudan a la estabilidad de un buque«, indica al medio. «Si estás tratando de construir tu propio submarino, probablemente podrías usar estos postes viejos, pero esto es una compañía comercial que ofrece un servicio», señala.

El empresario criticó también la iluminación improvisada, los espacios confinados y la posición de los propulsores, ubicados cerca de unos cables «que podrían engancharse en cualquier parte». Tampoco pasó desapercibido el hecho de que el submarino solo pudiese ser abierto desde el exterior. «Esto no solo plantea un problema con el suministro de oxígeno en la superficie, sino que también es una preocupación de seguridad», indica en otra entrevista al 'Daily Mail'. «No me gustó nada el diseño. Creo que la empresa tomó demasiados atajos».

Tras conocer estos detalles, Brown envió un correo electrónico a OceanGate pidiendo algún tipo de certificación de seguridad del submarino que la empresa nunca aportó. «Todo eso hizo aumentar mis sospechas. Les envié un email y les dije: 'Ya no puedo continuar con esto'», explica. Y pidió el reembolso de la señal del 10% del precio del billete (unos 25.000 dólares de los 250.000 dólares que valía en pase) que previamente había depositado para el viaje. «Todo era un poco chapucero», ha contado el empresario en un vídeo que se ha hecho viral. «Me hizo pensar en el riesgo que corría». Sin embargo, Harding continuó adelante con el plan, que acabó de manera catastrófica.

Esperanza hasta el final

Durante las horas del rescate, Chris habló con diversos medios afirmando que tenía esperanzas en que la tripulación del Titán se encontrara con vida. Señaló que, posiblemente, su amigo, aventurero acostumbrado a las emociones fuertes (Harding ha estado dos veces en el Polo Sur, ha viajado al espacio en el cohete Blue Origin de Jeff Bezos y se ha sumergido en el abismo de Challenger, el lugar más profundo de la Tierra en el fondo del océano Pacífico), estaría dando ánimos a sus compañeros.

Sin embargo, el jueves se confirmaban las peores predicciones y se hallaban los restos del submarino a 500 metros de la proa del Titanic. «Estoy profundamente entristecido por la tragedia del Titán. El mundo de la exploración ha perdido a personas increíbles. Mis pensamientos están con las familias de todas las almas perdidas», escribía en un comunicado.

Junto a Harding, en el submarino viajaban Shahzada Dawood, de 48 años, y su hijo Suleman, de 19 años, además del director ejecutivo de OceanGate, Stockton Rush, de 61 años, y Paul-Henry Nargeolet, de 77.

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