GALA INAUGURAL TEMPORADA 2024-2025
La Sinfónica y la Bienal se contraprograman el mismo día
La gala de apertura de la ROSS coincidió ayer con el inicio del certamen flamenco

Gala inaugural
- Programa: Obras de Albéniz, Falla, Giménez, Moreno Torroba y Chapí.
- Intérpretes: Carmen Larios (soprano). Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
- Directora: Beatriz Fernández Aucejo,
- Lugar: Patio de la Montería Real Alcázar de Sevilla. Fecha: 12/09/2024.
Hay años en que el Teatro de la Maestranza y la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla comienzan sus respectivas temporadas con fechas próximas entre sí, pero también hemos asistido a inicios lejanos; sin embargo, en esta ocasión han coincidido ambos en el mismo ... día con dos platos fuertes: el concierto de inauguración de la ROSS, de carácter netamente festivo y de raíz flamenca, y la misma Bienal de Flamenco. Son sólo dos entidades para ponerse de acuerdo, y aunque seguramente tendrán sus razones, nada obsta para que con tanta antelación no se haya alcanzado un desplazamiento de alguna de las dos fechas. No sabemos cuantos posibles aficionados lo sean de ambos géneros, pero entre la propuesta de la ROSS encontramos gran presencia flamenca (o bien de raíz andaluza) desde la suite 'Iberia' de Albéniz (una forma de fandanguillo en 'Evocación', un pasodoble en 'Triana', un tema popular -el de 'La tarara'- en 'El Corpus', un polo en 'El Puerto', mientras que a 'El Albaicín' se le ha definido como 'esencia sublimada de todo el cante flamenco'). Pero encontramos también la afinidad entre Giménez ('La tarántula', un zapateado) y Falla en el tratamiento de la gitanería, mientras Torroba nos presenta una petenera y Chapí unas 'carceleras'.
Por otro lado, y aunque generalmente los «marcos incomparables» nos prevengan ante una acústica dispersa, un programa sobre el protagonismo de una voz joven y muy bien templada con el cubrimiento de una orquesta puede equilibrar las fuerzas sonoras de los contendientes. Y este riesgo aporta, a cambio, un realce de los sentidos: música española, andaluza, sobre los perfumes de la evocadora tarde septembrina en el patio de la Montería del Real Alcázar sevillano.
Esas fragancias las contienen de sobra las cinco piezas elegidas de la suite 'Iberia' de Albéniz. De las cinco, dos nombran a Sevilla directamente. Escritas originalmente para piano, de enorme dificultad, no debemos pensar en ellas como meros ejercicios de virtuosismo pianístico sino como una síntesis de su enorme riqueza, que en la versión para orquesta se deja oír con mayor amplitud, ya que los instrumentos van dibujando las distintas melodías o motivos o, a veces, ritmos cuando no superposiciones. En cambio aquí el virtuosismo es para la directora, que tiene que hacérnoslos ver, aunque desde luego no fue en 'Evocación', que se quedó en una lectura algo deslavazada y plana, con unos violines displicentes, destemplados, a pesar del liderazgo de la admirada Alexa Farré. En 'El Corpus' hubo un sálvese-quien-pueda al final de la primera sección, y todavía no afloraron esos colores de los que hablamos. En 'Triana', de nuevo en los tutti, a Fernández Aucejo parecía costarle trabajo mover a la orquesta hacia el 'tempo' marcado, pero mejoraba en 'El Puerto' y fue muy respetuosa con la voz. Es verdad que a cielo abierto es más difícil que desde atrás la sigan, porque casi no escuchan bien a los más cercanos al podio. Pero como en piezas como esta lo consiguió, la idea es lograrlo con todas.

Gerónimo Giménez es músico nacido en Sevilla, pero de padres y abuelos gaditanos, y con sólo dos años sus padres volvieron a Cádiz, en donde el niño prodigio ya ocuparía el cargo de primer violín de la orquesta del Teatro Principal con sólo 12 años. En Madrid la colaboración con el actor, director y libretista Julián Romea, quien conocía el mundo de la gitanería granadina, resultó una feliz sintonía, ya que el músico conocía sobradamente los ritmos y melodías flamencas. Este mundo pasará a Falla principalmente en 'La vida breve', así como a Moreno Torroba y Joaquín Rodrigo. Disfrutamos mucho con las dos piezas de 'La Tempranica' por su gracejo en 'La tarántula', de gran viveza rítmica e inventiva melódica, cuyo texto bien transcrito por Romea del habla andaluza recuerda al extenuante 'canto silabato' belcantista: pues Larios lo bordó con una pronunciación diáfana cegadora. Pero a continuación entonó las 'Sierras de Granada' con gran lirismo, un canto lleno de emoción y turbación.
Los distintos cancioneros a los que recurrió Falla para sus 'Siete canciones populares' dieron lugar a otras tantas propuestas del maestro gaditano, quien no se limitó a repetirlas, sino a extraer sus esencias y aportar elementos que las elevaran al mundo clásico sin que perdieran su raíz popular. La armonía es una bellísima muestra de esta transformación o la evolución interior de los simples ritmos originales. Para el/la cantante supone un reto interpretativo porque cada una podría semejar a un actor que tuviera que representar diferentes personajes en una misma obra y que fueron su caballo de batalla, sorteándolas con limpieza, gusto y sensibilidad y desfilando con holgura dentro de cada uno de los personajes concurrentes.
Pero la soprano también tiene un registro homogéneo, que aquí se torna imprescindible, y que alcanza tanto los agudos como los graves, y ahí estuvo ese inicio del 'Polo' atacado con seguridad y sobrado 'fiato'. Para los agudos tuvo tiempo en las 'Carceleras' de 'Las hijas del Zebedeo' y sobre todo en la propina ('Me llaman la primorosa'), una de las dos piezas que interpretó en el concurso y que cerró con una nota muy aguda (Do#).
La oiremos nuevamente en el concierto que ofrecerá en elEspacio Turina como parte del premio ganado, y al que solemos asistir casi exclusivamente quienes escribimos, junto a familiares y amigos, cuando en realidad nos gustaría compartir este placer con el público que llenaba completamente el aforo de este concierto en nuestro bello Alcázar.
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