CRÍTICA DE MÚSICA
Poeta en Nueva York, una «performance» distinta
Más que ópera de cámara, este espectáculo lo sentimos más cerca de la 'performance', en lo que supone un paso adelante de su autor, al aumentar la complejidad y poder controlarla

Ópera de Cámara
Poeta en Nueva York
- Programa: Poeta en Nueva York, con música y libreto de Alberto Carretero a partir de Federico García Lorca
- Intérpretes: Javier Povedano (barítono), Sergio Gómez 'El Colorao', (cantaor). Laura García Lorca (voz en off grabada). Marco Flores (bailaor). Trío Arbós: Ferdinando Trematore, (violín), José Miguel Gómez (violonchelo) y Juan Carlos Garvayo (piano).
- Electrónica y dirección musical: Alberto Carretero.
- Dirección de escena: Rita Cosentino.
- Escenografía: Alejandro Andújar.
- Vestuario: Yaiza Pinillos.
- Iluminación: David Bofarull.
- Ingeniero de sonido: Lauren Serrano.
- Lugar: Teatro Turina.
- Fecha: 12/06/2025.
Hace algo más de un año asistíamos al estreno absoluto de 'La bella Susona'; ahora lo hacíamos a una llamada 'ópera de cámara', que tiene como eje conductor el poemario de García Lorca, titulado 'Poeta en Nueva York'. ¿Por qué se ... le llama ópera de cámara a una pieza protagonizada por un cantaor, un bailaor y un barítono, acompañados por un trío de violín, violonchelo y piano, alternando o a la vez que una narradora? ¿No tiene más que ver con una 'performance'? (perdón por el anglicismo, además de que no sabemos si se le sigue llamando así: pero describe un espectáculo en el que se cruzan distintas artes). Lo hemos dicho con frecuencia: cualquier proyecto que empiece por la palabra ópera cuenta con público, ayudas, medios, etc. De todo hubo en este nuevo estreno absoluto, que de nuevo presentaba un precioso libreto, cámaras de foto y video, público abundante no habitual... mientras que en el mismo Turina nos hemos pasado la temporada con el programa de cada recital en una fotocopia en blanco y negro por los dos lados.
En lo segundo no nos detendremos mucho, porque ayer dimos la barrila con lo mismo: ¿por qué amplificado? Si hay una narradora con su locución grabada, se inserta -como se hizo- y ya. ¿Que se incorpora música grabada a la que se interpreta en vivo?: Pues lo mismo. ¿Que al barítono se le modifica el timbre mediante cambiadores de voz? (nº 10) Se graba previamente y se añade sobre la marcha (con la música electrónica se hizo). Por fortuna, la mesa de sonido y el técnico eran bastante buenos, así que sufrimos menos; pero el Turina tiene una acústica que no necesita de micros.
A Javier Povedano lo hemos tenido en el reparto de 'Ariadna en Naxos' y aún más presente y de gran recuerdo en 'La cenicienta', y ahora asumía este rol que nos parece muy difícil, no sólo por la entonación, sino por las exigencias de cantar repetidamente de falsete o alcanzar el límite de sus graves, con un cuidado exquisito por una clara dicción y homogeneización de todo el registro: seguramente el ejemplo más suicida fuese 'Harlem', donde llega a partir del agudo con falsete (desbordado) y va bajando hasta darse de bruces con su límite grave. Y tanto él como Sergio Gómez 'El Colorao' destacaron por su labor actoral mientras cantaban, lo que puede parecer baladí, pero no lo es.

El mundo del flamenco extiende sus límites a extremos desconocidos en esta pieza (no sabemos si habrá otro cantaor que haya asumido un rol de tal dificultad, y tan fuera de su ámbito habitual). Nos maravilló desde luego su capacidad para cantar sobre el Trío Arbós, con frecuencia entregados a intrincadas texturas. En 'Cuba' nos pareció que cantaba directamente, por melodía y disposición de la letra, unas sevillanas, sobre un ritmo ostinato como el borboteo de un geiser, donde pareciera que no había donde posarse. Aún, nos pareció también que los arcos marcaban el rasgueo recurriendo al efecto ricochet.
El trío protagonista se completaba con Marco Flores, entre el baile y el mimo, enlazaba los mundos musicales del flamenco (al que pertenece) y el clásico; y los tres movidos por Rita Cosentino, seguramente con acierto, pero como algunos colegas 'registas', poniendo al límite también a los protagonistas.
No sólo la melodía ha vuelto a aparecer en esta obra, a veces como simples ariosos, sino que regresaba en todo su esplendor, sobre todo en el flamenco. Muy difícil fue cómo pudieron mantener ambos -sobre todo El Colorao- la afinación tan precisa (Povedano está más acostumbrado a las disonancias).
Otro aspecto que nos sorprendió fue el trabajo intenso en las texturas del Trío, no sólo en dificultad, sino también en variedad de planteamientos, casi todos exhaustivos, a los que el conjunto respondió con un sonido y una afinación notables, a la vez que presentaba una compenetración destacada, tanto entre sí como con los cantantes. Lejos quedaban planteamientos efectistas, de golpecitos aquí y allá, de tocar los instrumentos al revés o como más llame la atención, recursos tan vacuos como cansinos, dejando paso a un trabajo más serio, más ambicioso, que implique a todos por igual.
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