Daniel Casares: «Me presenté al primer concurso para poder comprarme una guitarra, la que tenía era de la tómbola»
El guitarrista malagueño interpreta este sábado en el Teatro Central 'El concierto de Aranjuez' acompañado por la Orquesta de Córdoba como homenaje a Paco de Lucía
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En su niñez autodidacta, en los inicios de su juventud, valiente y de espíritu ganador, tan poliédrico como coherente en su madurez artística. Daniel Casares (Estepona, Málaga, 1980), está considerado un genio de la guitarra con una carrera impesionante tanto en trabajos como en ... reconocimientos. El Premio Nacional de Guitarra (Jaén, 1996) o el Premio Nacional de Guitarra Bordón Minero (Murcia, 1997) abrieron camino a este intérprete y compositor de gustos eclécticos. Ha compartido estudio y escenario con nombres de reconocimiento internacional como Loreena McKennitt, Toquinho, Dulce Pontes, Chucho Valdés, Chabuco, Cecilia Bartoli y Alejandro Sanz, y ha dado a luz distintos proyectos, como 'Guitarrísimo' o 'El concierto de Aranjuez'. Precisamente con este último espectáculo, y acompañado por la Orquesta de Córdoba, el malagueño se presenta este sábado 25 de mayo en el Teatro Central de Sevilla, en un claro guiño a Paco de Lucía, quien en su álbum del mismo nombre de principios de los 90 aportó el matiz flamenco a la obra universal del maestro Rodrigo.
-Como muchos de su generación, su gran referente es Paco de Lucía.
-Cualquier guitarrista lleva a Paco de Lucía en el sentío, en el alma. Todos hemos crecido con él, forma parte de nuestra educación. Inevitablemente, y aunque no quisiéramos, su música siempre estará impregnada en nosotros.
-Pero, ¿es verdad que quiso dedicarse a la música por él?
-Si soy sincero, yo me encuentro con la música de Paco de Lucía después de querer ser guitarrista. Desde que tengo uso de razón me sentía guitarrista. Recuerdo que cogía el palo de la fregona y simulaba que estaba tocando. Mi padre ponía discos de Paco de Lucía y automáticamente reconocía que aquello que yo estaba escuchando era lo que yo quería hacer. Ya después le puse nombre y me di cuenta de la magnitud del genio. Al final todos los guitarristas, no sólo los flamencos, estamos influenciados por Paco de Lucía.
-¿En qué sentido le ha determinado más, en la técnica o en su forma de interpretar?
-Con Paco hay un gran cambio en todo, no sólo en la técnica, sino también en la composición, a nivel del entendimiento de las estructuras típicas del flamenco, él rompe con todo ello. Al final está poniendo una disciplina en valor. Ahora parece muy fácil ser un concertista, yo el sábado estoy con una sinfónica gracias al trabajo que hizo Paco de Lucía en su momento. La guitarra en su momento no se valoraba, se entendía como acompañamiento al cante o al baile. Si que es verdad que Sabicas había dado conciertos en Nueva York y demás, pero Paco llega como un tsunami, con ideas compositivas musicalmente nuevas y una técnica diferente. Cambia hasta la postura, lo de las piernas cruzadas es de él. Paco evoluciona y revoluciona la música flamenca. Técnicamente, claro que nos ha influido porque el ponía el listón: 'todo esto se puede hacer con la guitarra'. Pero también, la verdadera labor de Paco es la composición, la manera de agregarle al flamenco una información que iría cantando. Pero como él tenía la conciencia absoluta de los pilares fundamentales del flamenco, todo lo que agregaba lo hacía desde el conocimiento. Su legado, independientemente de su virtuosismo, está en su música.
-Y también como él, Daniel Casares bucea por otros estilos y se deja impregnar de otras influencias.
-Como mi mujer dice, soy muy pesado. Toda mi inquietud parte de la gran afición que tengo a la música, soy un aficionado, un disfrutón de la música, por supuesto con la guitarra, pero me encanta alimentarme de otras músicas y he tenido la gran suerte de haber compartido momentos con artistas que admiro de otros géneros como Alejandro Sanz, de Miguel Poveda, Caetano Veloso... Son artistas que yo siempre he escuchado y admiro. El otro día estuvo Jorge Pardo en el estudio para hacer algo que nada tiene que ver ni con el jazz ni con el flamenco, pero al final al cabo se trata de volcar lo que la música nos ha ido dando a lo largo de nuestras trayectorias y de disfrutar, compartir y divertirnos y hacer algo siempre desde la honestidad y la manera más digna posible.
-¿Al flamenco le pega todo?
-Sí, por mi coqueteo con otras músicas he llegado a la conclusión de que todas las músicas tienen un punto de encuentro, pero las separamos o insistimos en separarlas. Lo importante es que uno no pierda su identidad. Jorge Pardo es un maestro del jazz , pero yo no puedo tocar jazz como él, tengo que afrontar lo que toque con él y darle mi aire flamenco. Hay que poner en valor lo que uno representa, que al final es el flamenco. Toda cosa que ejecute, que interprete, la hago desde mi sentir flamenco.
-¿Qué tiene el concierto de Aranjuez que tanto entusiasma a los guitarristas flamencos?
-Todo guitarrista en algún momento de su vida, lo digo como consejo después de haberla estudiado y de tocarla muchas veces, debería pasar por esta obra. Es una obra referente mundial de la guitarra, aunque esté compuesta por una persona que no era un guitarrista. Hay muchísima información musical en esta pieza. Me siento muchísimo mejor músico desde que decidí afrontar esta obra, desde que la estudié, aunque haya pasado muchísimo porque es una obra muy exigente. Es una obra que todo el mundo la conoce y la tienes que hacer tal cual, respetar la idea del compositor. Verte en esas, tocar algo que no es tuyo, que tienes que respetar la composición cien por cien, te hace descubrir en ti mismo otro músico, otro guitarrista.
-Contaba el maestro Cañizares que las piezas de la 'Suite Iberia' que interpretó con Paco de Lucía y José María Bandera las adaptó durante una gira en Italia por carretera. Más allá de la anécdota, ¿cómo enfrentó usted el 'Concierto de Aranjuez'?
-La Filarmónica de Málaga y mi manager me propusieron hacer el Concierto de Aranjuez y en aquel momento yo estaba muy liado con mi obra. Fue un error mío porque la había escuchado tantas veces, como pasa con el 'Entre dos aguas' que parece que ya te la sabes, que es familiar y crees que te va a resultar fácil. Dije que sí muy alegremente. Pero cuando me puse a estudiar a fondo la obra me di cuenta que era una barbaridad, que lo que había estaba por encima de ese momento mío. La preparé y estrené, pero me bajé del escenario con el deseo de volver a hacerlo con el estudio que se merecía. A día de hoy sí es verdad que la he hecho muchas veces y cada vez tienes que asumir un riesgo, es muy delicada. Me informé de lo que quería decir Rodrigo en cada movimiento de la obra. Cuando ya entiendes todo eso empiezas a perderle un poquito el respeto y te subes al escenario de otra manera, ya la obra la he hecho algo mío, es lo mejor que le puede pasar a un músico que toca la obra de otro compositor, proporcionarle a la obra y al público presente lo mejor de uno mismo.
-Pese a su juventud, es un músico muy prolífico y, especialmente, premiado desde sus inicios. ¿Le pesa la responsabilidad?
-Al primer concurso de guitarra me apunté sin saber lo que conllevaba participar, ni la responsabilidad que posteriormente tiene ganar un concurso nacional de guitarra. Si soy sincero, yo tenía una guitarra de una tómbola y necesitaba comprarme otra. Mi familia era humilde y no podíamos permitirnos un instrumento caro. En aquel concurso vi la posibilidad de que si lo ganaba podía comprarme la guitarra que quería. Por eso fui hecho un bicho. Lo gané, me la compré y posteriormente me di cuenta el peso que tiene ganar un certamen de prestigio y que tenía que demostrar el porqué lo había ganado.
-¿Cree que lo ha demostrado? ¿Considera coherente su trayectoria?
-Si alguna vez en mi vida musical he tenido algún acierto ha sido gracias al montón de veces que me he equivocado. Gracias a Dios me he equivocado muchísimas veces, son palos que te llevan a buscar otro camino para al final, creo que acertar. Lo mío siempre ha sido prueba error, siendo muy pesado, con muchísimas ganas e ilusión. Con 44 años que voy a cumplir me siento como ese niño de 11 años, me veo en el espejo de entonces. No hay cosa que me guste más que coger una guitarra y subirme al escenario para compartir con la gente que quiera venir a verme y mostrarme tal y como soy.
Concierto de Aranjuez. Con Daniel Casares y la Orquesta de Córdoba
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Dónde: Teatro Central
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Dirección: C\ José Gálvez, 6. Isla de la Cartuja
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Cuándo: 25 de mayo
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Horario: 21 horas
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Precio: desde 15 euros
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Entradas: teatrocentral
-Ha investigado la obra de colegas brasileños como Garoto, Baden Powell, Raphael Rabello, Guinga y Yamandú Costa y uno de sus últimos discos es en colaboración con la fadista Cuca Roseta. ¿De qué manera le inspira tanto la música portuguesa?
-Casualmente descubro la música portuguesa de la mejor manera, a través de Dulce Pontes. La quiero mucho y admiro profundamente. Estaba yo con Juan Valderrama y la conocí en el Lope de Vega de Sevilla. Yo estaba acostumbrado al flamenco y a géneros más comerciales pero al descubrirla me di cuenta de otra forma de utilizar su instrumento, la voz. Me quedé loco, porque hay mucho sentimiento, pasión, todas las características que son muy afines al flamenco. Después empecé a colaborar con ella y ella me descubrió otros artistas y a compartir conmigo todo lo que concierne a su género y descubro un mundo impresionante. El fado me encanta, lo tengo muy controlado y estudiado porque me encanta y fruto de ello es el disco 'Rayana con Cuca Roseta. Un álbum con fados súper antiguos, de corte clásico adaptados a mi aire flamenco, e incluso temas flamencos como 'El inmigrante' o 'Señora' de Manuel Alejandro.
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