Se nos marchó Félix Brasal Galán
Ha muerto un hidalgo de las Covachuelas,
el barrio humilde y noble
de un Toledo extramuros, entrañable,
donde vivió mi ancestro multicentenario
de pescadores y de lavanderas.
Ha muerto Félix, noble caballero,
el hijo de Mariano y la señora Paca,
estirpe de artesanos panaderos.
Brasal Galán, se nos marchó el tío Félix
camino indiscutible de la Gloria
dejándonos la pena de su ausencia
y la sonrisa franca de hombre bueno.
¿No escucháis de la noche en el silencio
los aplausos lejanos de las gradas
del teatro romano que mora en el subsuelo
de las Covachuelas?
Félix, durante un siglo,
lo mismo que sus padres, hermanos,
hijos, nietos biznietos, resobrinos,
repartieron maná en la barriada
con generosidad, tesón y esmero.
!Cuántos comieron pan
a crédito formal apalabrado
hasta el cobro futuro del bracero!
Félix Brasal nació a unos cuantos metros
de donde vino al mundo Alberto Sánchez Pérez,
el pinor y escultor toledano
que en su niñez también fue panadero:
¿acaso no es un arte paciente y cotidiano
amasar con amor cada día el bíblico consuelo?
Félix Brasal se fue hacia el infinito
dejando estela hidalga,
Semilla de bondades
que honrará su recuerdo permanente
y mantendrá la saga
de honrados artesanos panaderos.
¿Se puede pedir más?
Veo, querido amigo, con certeza,
que no me disimulas tu ejemplar sonrisa
en tanto cueces pan para los ángeles
que piden vez alegres a la puerta
de tu eterna tahona de los cielos.
!Bien la ganaste aquí
honrado en nuestro suelo!
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