Hamás pierde apoyos internos mientras se incrementan los externos
Se aceleran los ataques terroristas libaneses; en cuestión de semanas podría devenir en guerra abierta entre Israel y Hizbolá
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Cuando la OTAN festeja en Washington 75 años de existencia, en Gaza se consuman ya nueve meses de guerra. Ésta fue iniciada por la carnicería terrorista de Hamás en la periferia de Gaza con 1.200 asesinados y 250 secuestrados. Desde entonces, las ... Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) operan persiguiendo dos objetivos: la limpieza de la Franja y la liberación de los secuestrados. Tremenda faena que debe superar la siniestra pertinacia de Hamás de pelear empotrados en la población civil, así como de esconder sus estructuras, almacenes y arsenales en instalaciones tanto internacionales como de ONG,s, por todo el territorio gazatí.
Las operaciones de mayor calado de las FDI se están ahora desarrollando en las ciudades de Gaza y Rafah. En la primera, y con mayor intensidad, en el barrio de Shujaiya, al sureste de la ciudad donde los terroristas se habían reagrupado. En Rafah, tras la evacuación de la mayor parte de su población, están limpiando la ciudad llegando a combates cuerpo a cuerpo y casa por casa en un ambiente trufado de trampas explosivas masivamente diseminadas. Asimismo, las FDI están reiterando sus acciones de limpieza en el tercio central de la Franja que, aunque había sido expurgado hace meses, ha vuelto a ser terreno de escondite de los terroristas. Particularmente en los cuatro campos de desplazados: Nuseirat, Bureij, Deir-el-Balah y Maghazi que están auspiciados por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
Hamás, desde la Franja, y también sus terminales en Oriente Próximo y el mundo occidental siguen cabalgando a lomos del victimismo mediático. Éste es la más eficaz herramienta para mantener e incrementar la presión internacional sobre Tel Aviv/Jerusalén. La finalidad es clara: obligar al Gobierno israelí a aceptar un alto el fuego permanente. Simultáneamente, buena parte de la sociedad israelí, incitada por los familiares de los secuestrados, también presiona a su Gobierno con la misma finalidad. Una perversa conjunción de fuerzas dispares que, sin embargo, estarían obrando coincidentemente contra los propósitos del Gobierno israelí, al favorecer que los terroristas lograsen resguardar una parte de su capacidad operativa.
En este orden de ideas se mueven ciertas informaciones según las cuales Hamás aceptaría la propuesta de paz de EE.UU., liberando «motu proprio» los secuestrados (impropiamente llamados rehenes) y, por tanto, abandonando la exigencia de que Israel se comprometiera con un alto el fuego permanente antes de firmar el acuerdo. Algo que parece dudoso, toda vez que la estrategia de Hamás ha estado basada durante todo este tiempo en un indecente chantaje terrorista: liberación de los secuestrados por un alto el fuego permanente. No obstante, tras reuniones preparatorias en Egipto, está previsto que, esta semana, prosigan, en Doha (Qatar), las negociaciones para intentar alcanzar un acuerdo que condujera al fin de las hostilidades.
Israel parece haber reducido la presión mediática derivada del déficit de la ayuda humanitaria en la Franja, que se agravó tras el cierre por Egipto del cruce de Rafah. Procedente del puerto de Larnaka (Chipre), está entrando alguna ayuda por el muelle de circunstancias, fabricado por EE.UU., y emplazado a la altura del extremo occidental del corredor de Netzarim. Asimismo, la harina de trigo descargada en el puerto israelí de Ashdod entra a través del norteño cruce de Erez. El mayor volumen de ayuda, desde Egipto y Jordania, entra por el sureño cruce de Kerem Shalom. No obstante, el alargamiento de las hostilidades está dando lugar a dos efectos indeseados por Hamás.
Por un lado, un creciente rechazo popular al captarse que los terroristas les están usando como escudos humanos. Por el otro, al ir perdiendo Hamás capacidad operativa también disminuye la de control del territorio y su población. Sin embargo, ambas insuficiencias están acelerando los ataques de los terroristas libaneses de Hizbolá. Milicia que está incrementando el lanzamiento de drones artillados y cohetes contra territorio israelí. Acciones que son inmediatamente respondidas por los aviones de las FDI. Los mayores quebrantos caen del lado libanés, al no contar Hizbolá con una sólida defensa antiaérea similar a la «Cúpula de Hierro» israelí. No obstante, este escenario de acción-reacción, en función de los intereses del nuevo liderazgo iraní, podría devenir en guerra abierta entre Israel y Hizbolá en cuestión de semanas.
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