Biden valora permitir a Ucrania atacar a Rusia con el arsenal de EE.UU.

Esas afirmaciones de Lloyd Austin reflejan la división que se ha apoderado de la Administración Biden por el apoyo armamentístico a Ucrania. Desde el inicio de la guerra el 22 de febrero de 2022, el presidente Joe Biden ha prohibido que los ucranianos usen armamento estadounidense para atacar dentro de Rusia. Ahora eso puede cambiar por las presiones procedentes tanto de la diplomacia como del Capitolio, donde piden un cambio de estrategia legisladores de los dos partidos. Tampoco permite Biden que las tropas estadounidenses que están formando a su contraparte ucraniana pisen suelo ucraniano. La razón, repetida por él mismo varias veces, es que un choque directo entre EE.UU. y Rusia equivaldría a «una tercera guerra mundial».

El problema son los recientes avances de Rusia en el noreste de Ucrania. El jueves, las fuerzas rusas bombardearon la región de Járkov con 15 misiles, causando siete muertos y más de 40 heridos. Durante la invasión rusa que comenzó en 2022 han muerto más de 10.000 civiles, más de 30.000 soldados ucranianos y 50.000 soldados rusos. Aunque Ucrania logró contener el avance inicial ruso, en semanas recientes los invasores se han hecho fuertes en el noreste del país, con bombardeos de gran dureza en la región de Járkov.

Según reveló recientemente el diario 'The New York Times', tras una visita efectuada a Kiev el 14 de mayo, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, llegó a la conclusión de que es necesario levantar los vetos al uso de armamento norteamericano contra objetivos militares rusos que estén dentro de Rusia pero cerca de la frontera con Ucrania. El motivo es que, contra esas posiciones, Ucrania suele emplear drones de fabricación propia, que el enemigo detecta y después derriba con gran facilidad.

En su visita a Kiev, Blinken, el jefe diplomático estadounidense, dijo que «las defensas aéreas son, por supuesto, una prioridad máxima». Añadió una reflexión importante, que podría dejar en manos de Ucrania la decisión final de cómo emplea el material recibido: «No hemos alentado ni facilitado ataques fuera de Ucrania, pero, en última instancia, Ucrania tiene que tomar decisiones por sí misma sobre cómo va a llevar a cabo esta guerra, una guerra que está librando en defensa de su libertad, su soberanía y su integridad territorial. Y seguiremos apoyando a Ucrania con el equipo que necesita para tener éxito, que necesita para ganar».

Esta visita de Blinken era la primera de un alto funcionario de EE.UU. desde que el Capitolio aprobó un paquete de ayuda de 61.000 millones de dólares el mes pasado, tras un largo bloqueo de los republicanos. El jefe diplomático norteamericano destacó que este es un momento crítico y desafiante de la guerra, ya que las tropas ucranianas, en desventaja, se están enfrentando a la dura ofensiva rusa en el noreste y a ataques en el este del país. Subrayó que, aunque el desafío es grande, la nueva ayuda ya está en camino, con más por llegar.

Desde aquel viaje, Blinken ha estado presionando tanto a la Casa Blanca como al Pentágono para que permitan que los misiles estadounidenses se empleen para atacar sitios de lanzamiento de misiles y artillería justo al otro lado de la frontera en Rusia. Las fuerzas armadas rusas han ubicado lanzamisiles y otras armas similares justo al otro lado de la frontera con el noreste de Ucrania y las apuntan hacia Járkov, conscientes de que los ucranianos solo usan drones propios y otras armas rudimentarias para defenderse en ese punto. El Reino Unido, otro firme aliado de los ucranianos, no ha tardado tanto en reaccionar, y, sin un anuncio al respecto, ha levantado las restricciones en el uso de misiles de crucero modelo Storm Shadow, que el Ejército de Ucrania ya está usando para atacar a Rusia de forma directa cerca de la frontera.

Gran parte del debate interno en EE.UU. lo ha propiciado una entrevista que concedió a la cadena televisiva ABC Victoria Nuland, quien fue alta funcionaria del departamento de Estado bajo Barack Obama, en la cual dijo que era prioritario que EE.UU. levantara cualquier restricción al uso de su armamento en manos ucranianas, dados los decisivos avances del invasor ruso. «Creo que si los ataques provienen directamente desde el otro lado de la línea en Rusia, esas bases deberían ser objetivos legítimos, ya sean de donde se lanzan misiles o de donde se suministran tropas», dijo el domingo.

Además, EE.UU. ahora está considerando entrenar a las tropas ucranianas dentro del país, en lugar de enviarlas a un campo de entrenamiento en Alemania. Esto requeriría desplegar personal militar estadounidense en Ucrania, algo que el presidente Biden también ha prohibido hasta ahora.

Este 20 de mayo, en una carta bipartidista dirigida al secretario de Defensa, varios diputados de ambos partidos urgieron a la Administración Biden a autorizar a Ucrania el uso de armas proporcionadas por EE.UU. para atacar esos objetivos estratégicos dentro del territorio ruso bajo ciertas circunstancias. Los legisladores subrayan que los ataques rusos desde territorio de Rusia han quedado impunes, y los ucranianos no han podido defenderse debido a las restricciones impuestas por la política actual de la Administración.