Condenan a un sargento a nueve meses por insultar a soldados magrebíes
El Tribunal Supremo ha condenado a una pena de nueve meses y un día de cárcel al sargento primero del Ejército de Tierra Domingo Díaz Real por un delito continuado de abuso de autoridad después de que el mando vejara a varios de sus subordinados de origen magrebí con insultos como "moro de mierda" o tocamientos en la cara para comprobar si se habían afeitado "como excusa" para acariciarles. Los hechos ocurrieron después de que apareciese en el cuartel una foto suya con un texto en el que se señalaba su condición homosexual.
El alto tribunal ha rechazado la absolución solicitada por el militar en su recurso de casación porque "la incuestionable gravedad de la conducta del procesado para con las víctimas -que no puede calificarse como mero trato desconsiderado o falto de gravedad- deriva de la entidad objetivamente injuriosa que el recurrente dirigía reiteradamente humillando o rebajando a cinco de sus subordinados".
Según recoge la sentencia, los hechos tuvieron lugar en marzo de 2005 cuando el condenado, destinado en la Compañía de la Policía Militar de Melilla, se dirigía a algunos de sus subordinados de origen magrebí como "eres un moro de mierda", "eres una escoria y una basura" o les vejaba diciéndoles que "no pensaban ni se enteraban porque eran moros". Incluso a uno de ellos le calificaba como el "cuco" y le amenazaba diciéndole que él era el "único mando capaz de follarse al moro del cuco". Además, según detalla la sentencia, sobre esas mismas fechas, y durante las revistas de policía a la tropa en la Compañía de la Policía Militar de Melilla, de manera reiterada el sargento acariciaba la cara de los soldados pasando la mano por ambos ladosdel rostro con la excusa de comprobar si se habían afeitado a la vez que les decía "como te muevas en formación te follo".
«No eres mi tipo»
En una de las ocasiones, uno de los soldados, avergonzado, protestó y le reprochó la actitud al sargento diciéndole "que no hacía falta que le tocase" y que lo podía comprobar a simple vista. "No te preocupes, no eres mi tipo porque estás gordo", contestó el condenado.
Los acosados no protestaron ni acusaron y no denunciaron los hechos por temor a represalias, explica la resolución que sitúa estos hechos dos meses después de que "en el despacho del capitán jefe de la Compañía de la Policía Militar de Melilla apareciese una foto del sargento acompañada de un texto anónimo en la que se indicaba su condición de homosexual que jamás ocultó Domingo Díaz y que era conocida por toda la tropa".
Por todos estos hechos, el 27 de junio de 2007, el Tribunal Militar territorial Segundo condenó al sargento como autor de dos delitos consumados de abuso de autoridad en su modalidad de trato degradante a inferior, previstos y penados en el artículo 106 del Código penal Militar, a seis meses de prisión por los insultos y a tres meses y un día por el segundo de los delitos relativo a las caricias.
Por otra parte, la sentencia dice que no ha quedado acreditado que el mando, en un pub regentado por él, apuntase con su pistola a la cabeza a uno de sus subordinados magrebíes después de que este le dijese que iba a perder la clientela por las maneras que tenía de tratarla. El acusado replicó que "no tenía problema, que el primero que viniese le pegaría un tiro y que le daba igual quitar a un moro menos de en medio".
El alto tribunal indica ahora en su sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Fernando Pignatelli, que "de la prueba practicada en el juicio y especialmente de las declaraciones de las víctimas y los testigos y del propio recurrente detenidamente valoradas por el Tribunal, resulta que las de las víctimas, además de firmes y reiteradas, son precisas y minuciosas no existiendo razones para dudar de su verosimilitud". "En definitiva, las declaraciones de las víctimas han de ser tenidas en cuenta como prueba de cargo suficiente de caracter incriminatoria", matiza el Tribunal Supremo.
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