Un cursillo acelerado para Palin

Sarah Palin ha suspendido sus estelares aportaciones a la campaña encabezada por John McCain -con plusmarcas de entusiasmo multitudinario como reunir 60.000 seguidores durante una convocatoria este domingo en la siempre disputada Florid- para ocuparse de remediar sus lagunas en materia de política internacional. Con la oportunidad que representa el arranque de la Asamblea General de la ONU y el rutilante desfile de dignatarios de todo el mundo por Nueva York, la gobernadora se ha matriculado en una especie de cursillo tan acelerado como práctico sobre cuestiones diplomáticas.
Con una agenda casi de mayor relieve y sustancia que la suministrada por Moncloa ante la llegada a Manhattan de José Luis Rodríguez Zapatero, la candidata republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos se va a reunir durante treinta horas con casi una decena de líderes de países que constituyen referencias obligadas para cualquier ocupante de la Casa Blanca. Y a modo de propina, Sarah Palin también se verá con Henry Kissinger, el legendario «gurú» diplomático del Partido Republicano, y el rockero Bono, inevitable abanderado de las celebridades con desvelos de filantropía internacional.
Fotos sí, preguntas no
En su primera entrevista a la cadena ABC como «número dos» de McCain, la gobernadora no tuvo mucho más remedio que reconocer su limitada experiencia en la arena internacional, pese al intento de argumentar que la vecindad de Alaska con Rusia le otorgaban cierto conocimiento de primera mano sobre las andazas de Moscú. Lo cierto es que Sarah Palin se sacó su primer pasaporte el año pasado para realizar un viaje oficial a Kuwait y Alemania.
Esta vez sin salir de Estados Unidos, Sarah Palin va a tener oportunidad de reunirse con el presidente de Colombia, Álvaro Uribe; el presidente de Afganistán, Hamid Karzai; el presidente de Irak, Jalal Talabani; el presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari; el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili; el presidente de Ukrania, Víctor Yushchenko; y el primer ministro de la India, Manmohan Singh.
Este «P.P.O.» diplomático, en el que cuidadosamente se ha evitado la presencia de periodistas con ganas de hacer preguntas, forma parte de los preparativos de la gobernadora de cara al debate previsto para el próximo 2 de octubre en Saint Louis, Missouri, con el senador Joseph Biden. El rival demócrata de Palin, con un cuarto de siglo de experiencia en la Cámara Alta, está considerado como una de las principales voces de Washington en materia de política internacional.
Para hacer frente a este reto, Sarah Palin cuenta con la asistencia de una serie de ayudantes de John McCain encabezados por Randy Scheunemann. Y de hecho, en parte de las reuniones de Nueva York, se espera que la gobernadora esté acompañada por el propio McCain a pesar de que el senador es esperado este viernes en Oxford, Misisipi, para el primero de los tres debates presidenciales previstos este año.
La campaña de Barack Obama no se ha privado de criticar el esfuerzo de capacitación de Palin. Al indicar que «desafortunadamente, unas cuantas reuniones en Naciones Unidas no van a cambiar el hecho de que McCain está prometiendo cuatro años más de la misma diplomacia de cowboy que ha destruido nuestras alianzas y limitado nuestra habilidad para luchar contra el terrorismo internacional».
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