El Gobierno de Aguirre decide aplicar los planes de estudio de la LOCE el próximo curso en Madrid
El vicepresidente primero del Gobierno regional destaca que la Comunidad «está aplicando una ley que está en vigor, porque las leyes están para cumplirlas»
MADRID. Esperanza Aguirre ha optado por cumplir la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE), que es la que está vigente, a pesar de las críticas que ha recibido por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que ha anunciado la derogación y modificación de la norma y ha aconsejado a las Comunidades Autónomas su no aplicación hasta que el Congreso de los Diputados apruebe una nueva.
El Consejo de Gobierno presidido por Aguirre dio luz verde ayer a los decretos que desarrollan la LOCE en Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato, y que permiten a la Comunidad establecer las materias educativas en sus distintos niveles, incluyendo las enseñanzas comunes fijadas para el resto de España. Esto supondrá, según explicó el consejero de Educación, Luis Peral, que los niños aprendan antes a leer y escribir y el fomento de la lectura, con un mínimo de diez libros al año. Asimismo, continuará la suspensión de la promoción automática.
«Estamos desarrollando una ley que está en vigor y las leyes vigentes están para cumplirlas, hasta que se produzca la aprobación de una nueva. Quien está manipulando y genera inseguridad jurídica es quien suspende una ley porque no le gusta, no dice qué es lo que va a hacer en su lugar y no presenta una alternativa hasta que no se le ocurra», subrayó el vicepresidente y portavoz del Ejecutivo regional, Ignacio González, para defenderse de las críticas que ya está recibiendo su Gobierno por aplicar la LOCE.
«Desobediencia civil a la carta»
Tanto González como Peral criticaron a quienes promueven el incumplimiento de la LOCE, pues se está fomentando así, según el consejero de Educación, «un proceso de desobediencia civil a la carta». Peral explicó que la aplicación de la LOCE supone, en la Educación Infantil, la iniciación a las ciencias y el conocimiento oral de una lengua extranjera, el refuerzo de Lengua y Matemáticas y una clase diaria para el aprendizaje de la lectura y escritura. En Primaria, se sustituye Conocimiento del Medio por Ciencias, Geografía e Historia; se amplía la enseñanza del Inglés, con más horas, y se da un fuerte impulso a la Lengua Castellana, con la recuperación de los clásicos dictados, resúmenes y redacciones.
En la etapa de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), se elimina la promoción automática y el alumno que suspenda más de dos asignaturas repetirá curso. En cuanto al Bachillerato, se estructura en dos cursos que abarcan de los 16 a los 18 años. Para obtener el título de bachiller, será necesario superar una prueba general, cuyas condiciones básicas han sido fijadas por el Gobierno de la Nación.
El consejero de Educación señaló que ha solicitado a la nueva ministra del ramo, María Jesús San Segundo, la convocatoria de la Conferencia sectorial de esta área. Peral apeló al «sentido común y a la capacidad de diálogo» del Gobierno de Zapatero, para que escuchen y atiendan los deseos de los padres y de los profesores, «que quieren más disciplina, respeto mutuo y mejor preparación para los alumnos».
Peral recordó que algunos puntos de la LOCE ya están en aplicación este curso y destacó la importancia de las clases de Religión, que en esta ley es una asignatura obligatoria en una de sus dos versiones (confesional o laica). De manera muy gráfica, subrayó que es necesario conocer la trascendencia de las religiones en la cultura, porque así se evitará que los niños «piensen que Buda fue un ídolo que no existió, que Santiago era alguien a quien le gustaban los caballos o que a San Roque le pasaba lo mismo, pero con los perros».
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