Problema de carácter y herencia
La eliminación de la Copa escuece en el Madrid. Antiguos jugadores expresan que el Bernabéu impone a los jóvenes y los suplentes, pero que la personalidad y las ganas son más importantes. «Con tanto extranjero no se transmite la ambición por ganar», dice Santillana

Después de fallar a la vista de todos en el gol que eliminó al Real Madrid de la Copa, Roberto Carlos abrió una brecha pública en el club, la distancia que separa a los galácticos del equipo B. «Los suplentes deberían tener más hambre», dijo. Una declaración que ayer fue reprendida desde el club por Emilio Butragueño, vicepresidente y director deportivo. «Me extrañaron las palabras de Roberto. En las derrotas tenemos que estar unidos y me llamó la atención. Los jugadores tenían día libre y hay que mantener la tranquilidad. Son declaraciones que no van con él». Y también un asunto que ayer convocó a ex jugadores del club. La conclusión es clara. Hay un problema de personalidad en los que no juegan y una errónea transmisión de la herencia del club a los jóvenes. Arbeloa contesta Entre los candidatos a darse por aludido, el brasileño recibió ayer el mensaje de Arbeloa, que no es debutante, pero sí uno de los jóvenes a los que supuestamente Roberto Carlos abroncó en el descanso. «No creo que Roberto nos señalase sólo a nosotros, porque hay que recordar que él también estuvo en el campo durante la primera mitad», dijo Arbeloa. A los ex jugadores del club, la cuestión les chirría. Carlos Santillana, cabeceador implacable en los setenta y hoy directivo de Reebok, tiene claro el problema: «Yo debuté con 18 años y sentí el apoyo de Zoco, Pirri, Amancio, Grosso... Es vital el respaldo de las estrellas hacia los jóvenes, sentir que estás arropado, que no tienes esa sensación de vacío. Y me da la impresión de que esa forma de vivir el vestuario no existe en el Real Madrid de hoy. No me vale que una estrella se quede en la grada o en su casa porque no le toca jugar. Tendría que apoyar a los chicos». Sanchís abanderó el estreno de la «Quinta del Buitre» en Murcia con 18 años. Al domingo siguiente se presentó ante el público del Bernabéu, con el Sporting al otro lado de la cancha. «Debutar con el Madrid es la cosa más importante de la vida. Tienes a tu favor la comprensión de la gente, que siempre es cariñosa con la cantera. Y tienes en contra el escenario. El Bernabéu no tiene parangón con nada y todo lo que hayas hecho antes no vale. Si un joven no es capaz de controlar sus emociones, está perdido». Miguel Pardeza guarda fresco en la memoria el recuerdo de su debut en el santuario blanco. Era el 1 de enero de 1983 y el adversario, el Español. «Yo jugué aquel partido y los siguientes con una inmensa alegría. No pensaba en la trascendencia que podía tener o no. Estaba confiado. Y, desde luego, tenía más entusiasmo que miedo». Talento sin personalidad El director deportivo del Zaragoza no concede más preponderancia al estadio Bernabéu que a otros. «El Bernabéu impone, claro, pero no más que un recinto de 30.000 espectadores. Considero que es mucho más importante el carácter del jugador que su capacidad técnica o su talento. Hay gente que llega mucho más lejos con personalidad y sin talento que al revés». Pardeza diserta sobre jugadores adolescentes con apertura de miras: «Ser joven es difícil en cualquier lado. Se ha de ganar un derecho que nadie reconoce. Es posible que la generación actual se esfuerce menos, sea más consentida y tenga más medios a su alcance. Pero jóvenes que fracasan o triunfan los hay en todos los sitios. También en el Madrid. Mire Raúl o Butragueño». Carlos Santillana vivió una época dorada del madridismo y es crítico con la idiosincrasia actual del club. «Lo más importante es la herencia que te dejen. Y a mí me enseñaron que con la camiseta del Madrid hay que salir a ganar todas las competiciones. No se tira ninguna. No se baja la guardia. Se intenta ganar todo. Incluso he escuchado eso de que se puede tirar un torneo en la Directiva del club y me parece lamentable. Yo aprendí a morir en el campo por el Madrid, a defender esa camiseta. Eso se aprende o no. Y no sé si con tanto extranjero en el equipo eso se transmite. En mi época se integraba a los dos o tres extranjeros en ese sentimiento. Y ahora me parece que puede ser al revés. Las estrellas entienden el fútbol y la vida de una manera bien distinta. Un brasileño no ve el fútbol igual que un inglés. Y así es difícil que exista un sentimiento común». Sanchís recela de la apatía de jóvenes y suplentes. «Me cuesta tanto creer que un chico de 18 años adolezca de energía... Creo más que se atemorice y se esconda, que no tenga su día. El Bernabéu te puede agobiar, pero no creo en una apatía voluntaria de un jugador del Real Madrid».
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