Condenado a nueve años de prisión por intentar matar a su pareja con un cuchillo
La Audiencia Provincial de Navarra condenó hoy al joven J. G. a nueve años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, otro de lesiones y un delito de maltrato no habitual, cometidos en 2009 al intentar matar a su novia con un cuchillo en un domicilio situado en el municipio de Barañáin (Navarra).
El acusado no podrá visitar Pamplona ni cinco localidades de la Comarca durante 18 años. Y tiene una orden de alejamiento de 500 metros sobre la víctima. Además, deberá indemnizar a la joven agredida con 24.580 euros, según la sentencia dictada de conformidad esta mañana en la primera jornada del juicio.
La Fiscalía pedía también siete años de prisión por un delito de abuso sexual. Pero tras el acuerdo alcanzado entre las partes, el joven ha sido condenado a seis años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, a dos años por un delito de lesiones y a doce meses por un delito de maltrato no habitual.
Según el escrito del Ministerio Público, los hechos tuvieron lugar el 15 de enero de 2009, cuando a las 4.00 horas el acusado llegó a la vivienda de Barañáin donde convivían ambos, cogió un cuchillo de la cocina y se dirigió a la habitación en la que se encontraba la víctima. Nada más entrar al cuarto, el joven apagó la luz y le recriminó que "le había buscado la ruina y que él se la iba a buscar a ella". Tras decir esto, detalla el texto, el acusado se colocó encima de la joven y, "con la intención de terminar con su vida", dirigió el cuchillo al cuello "produciéndole un corte en el mismo". Al oír los gritos de la mujer, su padre, que se encontraba durmiendo en un sofá del inmueble, se dirigió al dormitorio y se abalanzó sobre el acusado para quitarle el cuchillo que aún portaba en la mano.
Como consecuencia de los hechos, la víctima sufrió "una herida incisa en la mano izquierda y dos heridas incisas en el cuello en la región submandibular, que le ocasionaron una hipoestesia". A la joven le han quedado como secuelas físicas dos cicatrices de 4 y 3,5 centímetros en el cuello, otra de 3 centímetros en la zona palmar de la mano izquierda y una de 4 centímetros en la zona pretibial, además de trastornos psicológicos.
"No hay que callarse"
La joven agredida se mostró "mucho más tranquila" después de conocer la sentencia y aseguró que ha pasado "un año y medio muy malo que no se lo desea a nadie". En declaraciones a los medios, subrayó que prefiere haber llegado a un acuerdo con la otra parte para ahorrarse "el mal trago del juicio" y "acabar con esto cuanto antes". "Quiero olvidarme del tema", agregó.
La joven apuntó que tiene "la conciencia muy tranquila” y que tenía miedo de que el acusado, al que no había visto desde el día de la agresión, "intentara dar la vuelta a la historia" durante el juicio. También afirmó que "el único contacto" que ha tenido con la familia del acusado desde que ocurrió el suceso tuvo lugar el día en que denunció al joven, cuando recibió una llamada de la madre del condenado para pedirle “que por favor quitara la denuncia, porque si no su hijo se iba a quedar sin trabajo".
No obstante, la joven aseguró que ya está "muchísimo mejor" y animó a todas las víctimas de violencia de género a denunciar a sus parejas. "No hay que callarse. Yo estuve dos meses sin decir nada hasta que al final no pude más", concluyó.
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