El Consejo Ejecutivo del FMI aprueba su programa de ayudas a Grecia

El Consejo Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, tras reunirse este domingo durante tres horas en su sede de la capital de Estados Unidos, se ha pronunciado a favor de facilitar a Grecia una serie de préstamos por valor de 30.000 millones de euros durante los próximos tres años. Capital sin precedentes en la historia del FMI y que forma parte de un programa de rescate al que la euro-zona también aportará otros 80.000 millones de euros.

De forma inmediata, el FMI se ha comprometido a facilitar a Grecia un primer préstamo de 5.500 millones de euros. Cantidad que se considera clave para que el gobierno de Atenas pueda hacer frente a los bonos de su ingente deuda que vencerán el próximo 19 de mayo. En la actualidad, el país heleno carece de otras alternativas de financiación, ya que no puede acceder a préstamos adicionales en el mercado de capitales a un interés asequible.

El órgano encargado de aprobar los programas del Fondo Monetario, compuesto por 24 directores en representación de sus 186 países miembros, ha tenido que invocar circunstancias extraordinarias para formalizar el rescate de Grecia. Ya que las regulaciones del FMI limitan estas ayudas a tres veces la cuota aportada por cada país en apuros al Fondo. En esta ocasión, la intervención del Fondo supera más de treinta veces las aportaciones de Grecia.

El desembolso del dinero a Grecia, a un favorable tipo de interés del 3,3 por ciento, será gradual y condicionada a una serie de objetivos pactados, que abarcan desde la reducción del déficit público a profundas reformas estructurales pasando por severas medidas de austeridad. Periódicamente, los especialistas del Fondo analizará las cuentas de Grecia y remitirán informes al Consejo Ejecutivo, antes de que se dé luz verde a préstamos adicionales.

Durante el primer año de este programa conocido en la jerga del Fondo como "stand-by arrangement", el FMI contempla facilitar a Grecia un total de 10.000 millones de euros. Cantidad a la que se sumarán otros 30.000 millones de euros canalizados a través de la Unión Europea. Con insistencia tanto en Washington y Bruselas de que ese respaldo será suficiente para que Grecia no deje de pagar a sus acreedores.

El presidente Obama ha participado ayer personalmente en las gestiones para evitar la bancarrota griega, al mantener conversaciones con la canciller alemana Merkel y el presidente francés Sarkozy. Según ha indicado la Casa Blanca, el esfuerzo de diplomacia telefónica se ha centrado en "la importancia de que los miembros de la Unión Europea adopten medidas decididas para restaurar la confianza en los mercados".