Alegría en Trafalgar Square

Las más de 10. 000 personas congregadas en la plaza de Trafalgar, en pleno centro de Londres, acogieron con gritos de alegría y regocijo el anuncio de la elección de la capital británica como sede organizadora de los Juegos Olímpicos de 2012.
Londres derrotó a París en la votación final del Comité Olímpico Internacional (COI) este miércoles en Singapur.
La muchedumbre congregada en la plaza de Trafalgar estalló en gritos de alegría al oír, a través de la pantalla gigante instalada en el lugar, cómo el presidente del COI, Jacques Rogge, anunciaba el nombre de la capital británica.
"No puedo creérmelo. Es increíble, la sensación, el espíritu del olimpismo es tan apasionante. Esto transformará a nuestro país", declaró Kelly Holmes, doble campeona olímpica en 800 metros y 1. 500 metros en Atenas 2004 que se encontraba en la plaza londinense.
Tras los primeros gritos de júbilo, se lanzaron globos con los colores olímpicos al cielo, mientras subían a la tarima donde estaba la pantalla gigante artistas y campeones olímpicos presentes para la ocasión, abrazándose sin ocultar su alegría.
"Estoy orgulloso", declaró David, uno de los miles de ingleses que se congregaron en el lugar, con una bandera británica entre sus manos. Muchas de las personas reunidas en la plaza de Trafalgar no pudieron contener las lágrimas al escuchar el anuncio de Londres, debido a la emoción y a la gran excitación acumulada tras varias horas de espera e incertidumbre.
"Kevin tendrá 8 años en 2012. Estoy muy contenta, sobre todo por él, ante la posiblidad de tener unos Juegos Olímpicos en nuestra propia casa", afirmó por su parte Sue, una de las numerosas madres y padres británicos que, junto con sus niños, se habían acercado a la plaza londinense para presenciar el acto.
Pocos minutos antes del anuncio de Rogge empezó a caer una ligera lluvia sobre la plaza que causó cierta inquietud entre los presentes. Sin embargo, los allí reunidos se olvidaron inmediatamente de ella al saber que su ciudad era la elegida.
Banderas británicas ondeaban en todos los balcones que rodean la plaza de Trafalgar, dominada simbólicamente por la alta columna coronada por el Almirante Nelson, quien al mando de la flota británica, el 21 de octubre de 1805, en el cabo de Trafalgar (frente a las costas españolas) infligió a las armadas francesa y española la peor derrota naval de su historia, con más de 4. 000 muertos.
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