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ABC Cultural

LIBERTAD

Ese canto a la libertad beethoveniano que es «Fidelio» cerró el sábado la Quincena Musical con una versión que entusiasmó al público. Los «acordes de paz y guerra», uno de los ejes vertebradores de la 66 edición, sirvieron para exponer con opulencia esta hermosa reflexión lírica, válida para cualquier época y sociedad.

Tuvo la versión donostiarra un magnífico maestro de ceremonias. Miguel Ángel Gómez Martínez exhibió un sólido conocimiento de la obra consiguiendo una versión intensa, emotiva. A sus órdenes, la Sinfónica de Euskadi volvió a demostrar que es una formación solvente en el ámbito lírico, además de dúctil. Clave fue el Orfeón Donostiarra, entregado y en sus habituales niveles de calidad. Y como esencial elemento, un reparto bien ponderado que desde el Don Fernando de Iñaki Fresán o el Joaquino de Joan Cabero multiplicó calidades con una sorprendente y en alza Ainhoa Garmendia y un triunfo absoluto de Jayne Casselman como Leonore. Su interpretación tensionada y sutil cautivaron al igual que las magníficas prestaciones de Attila Jun como Rocco. Rotundo, en su línea de seguridad habitual, se movió Alan Titus como Don Pizarro y notable el Florestán de Robert Brubaker.

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