Los rebeldes atrincherados en una comisaría peruana deponen las armas
Los rebeldes ultranacionalistas que desde el sábado pasado ocupaban la comandancia policial de la ciudad peruana de Andahuaylas depusieron sus armas en la mañana de hoy (horario local) y se entregaron sin ofrecer resistencia.
Periodistas presentes en el escenario de los acontecimientos observaron que los rebeldes del Movimiento Etnocacerista colocaron las armas en el suelo y con las manos en alto y en medio de gritos en favor de una amnistía quedaron a la espera de que llegaran los policías y militares para llevárselos presos.
La comandancia permanecía rodeada por cientos de habitantes del pueblo que se solidarizaron desde el comienzo con los ultranacionalistas, cuya demanda original era la renuncia del presidente Alejandro Toledo.
De esta manera, terminó una acción que dejó cuatro policías y dos "etnocaceristas" muertos y más de una decena de heridos entre los dos bandos y personal civil.
El jefe de la acción, el mayor en retiro Antauro Humala, había sido detenido la noche del lunes en la alcaldía de Andahuaylas cuando, en el marco de negociaciones para la entrega con mandos policiales y militares, planteó, según el gobierno, condiciones "inaceptables".
En la comandancia permanecían 15 policías y cuatro militares en condición de rehenes. Según un último reporte mÙdico, estaban en buenas condiciones, pero con cuadros de estrÙs y gastritis.
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