Pedro Valenzuela (Anónimo): «No somos un sitio de burger pero nuestra 'Napoleón' está buenísima»

GURMÉ se acerca a Mairena del Aljarafe, a la calle Clara Campoamor de un reciente barrio residencial donde lleva un año y medio abierto este establecimiento acogedor y genuino. Al frente encontramos a una pareja joven integrada por Pedro Valenzuela y su mujer, Estefanía Ramos.

Sorprende que con la cantidad de espacios que han surgido especializados en el mundo burger el ganador de nuestro concurso sea un restaurante de cocina mestiza que tiene solo dos de estas recetas en carta. Las brasas y las propuestas peruanas definen la esencia gastronómica de este reciente espacio.

Nos sentamos a charlar con Pedro Valenzuela , quien nos habla no solo de las peculiaridades de su burger «Napoleón», también del furor actual por esta receta de carne picada que se popularizó en Estados Unidos y de la originalidad de la oferta gastronómica que tienen en Anónimo .

¿Qué tiene de especial la burger «Napoleón»?

No somos una hamburguesería como tal, aunque teníamos claro que estando en una zona residencial era una receta que no podía faltar. Optamos por ofrecer una burger de nivel, elaborada con picaña de angus que picamos nosotros y mezclamos con una mantequilla de trufa casera que al pasarla por la brasa deja una textura extra jugosa. También hacemos el pan, un pretzel con masa madre muy bueno.

Nuestra 'Napoleón' está buenísima. La llamamos así tanto por el toque francés que le dan la cebolla caramelizada y el foie como porque es el nombre de nuestro perro y queríamos hacerle ese guiño.

¿Tiene mucho éxito su burger en carta?

Tenemos otra receta burger más sencilla y nuestro público las pide con frecuencia. Éste es un barrio joven y familiar y la hamburguesa es un producto que siempre tiene éxito.

¿Qué otras recetas triunfan en Anónimo?

El costillar de angus hecho a baja temperatura con salsa barbacoa casera es una de las más valoradas. También el tiradito de lubina, un clásico peruano. Es famoso nuestro cruasán negro relleno de carbonara líquida, una receta completamente casera y uno de nuestros platos más diferentes.

Los cortes de carne, los pescados a la brasa o los torreznos de Soria reinterpretados son otros de los clásicos de nuestra carta.

Para llamarse Anónimo tienen una cocina con bastante personalidad...

Anónimo surge porque queríamos dar a conocer las historias que tiene detrás un restaurante. Desde los proveedores hasta el propio equipo. Damos a conocer a esos anónimos que no suelen conocerse cuando alguien va a un restaurante pero que hacen posible cada servicio.

Contamos historias de nuestros proveedores de vino, de nuestros camareros... el nombre de Anónimo es justamente un guiño a que cada restaurante tiene muchos nombres detrás.

No queríamos encasillarnos, nuestra esencia es la parrilla pero no solo de carnes, también trabajamos mucho la verdura. Tampoco somos un sitio de burger ni de tapas clásicas. Tenemos nuestro propio estilo.

¿Por qué eligieron Mairena del Aljarafe para abrir Anónimo?

Yo soy de aquí y sabía que en este pueblo abundan los sitios de tapas tradicionales pero no había establecimientos de corte moderno como sí hay en Tomares. Por eso pensé que estaría bien ofrecer algo distinto.

¿Qué acogida han tenido en este año y medio?

Estamos contentísimos, tenemos clientes que nos recomiendan y nos hacen muy buenas reseñas. Damos un servicio de calidad y buen producto: desde carnes de primera categoría hasta elaboraciones muy singulares. Nuestro chef Andrea Milona tiene más de 30 años de experiencia y hace una cocina de alto nivel.

¿Qué piensa del fenómeno burger que vive Sevilla?

Como todas las modas, creo que pasará y quedarán los mejores. La hamburguesa siempre va a gustar pero el fenómeno actual tendrá que ajustarse un poco en algún momento porque hay demasiada oferta.

Nosotros continuaremos con nuestro concepto de tener solo una o dos burger, no nos vamos a volver locos ahora por ganar el concurso y a ampliarlas, pero estamos muy contentos de que nos hayan elegido como la mejor burger de Sevilla.

Pedro Valenzuela se dedicaba al mundo de las finanzas en Lima pero conoció a su mujer, Estefanía Ramos, y decidió cambiar su vida dedicándose a la hostelería. Llegaron a tener tres establecimientos de comida healthy en Perú y estaban a punto de franquiciar la marca hasta que llegó la pandemia y optaron por venir a Sevilla.

Pedro procede de una familia de hoteleros (su abuelo abrió el mítico Pez Espada de Torremolinos) que actualmente gestiona La Dehesa de Don Pedro (cinco estrellas) en Monesterio.