Entrevista
Luis Felipe Barrero: «Siempre he dicho que en hostelería hay que dar más puntás que una costurera»
El hostelero dice adiós después de 17 años al pie del cañón en su bar de Los Remedios
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Iniciar sesiónDurante años ha sido una de las paradas gastronómicas más consolidadas en Los Remedios , un bar de cocina casera y trato amable que llegó a convertirse en una segunda casa para muchos vecinos de la zona .
El bar Luis Felipe ... cerró sus puertas hace unas semanas y GURMÉ se sienta a charlar con el hostelero que le dio vida y nombre. Fue un inoportuno incendio el que la pasada Navidad le incitó a dar el paso y ahora mira con nostalgia los 17 años que ha dedicado al número 37 de la calle Virgen de la Victoria.
Luis Felipe Barrero comenzó su trayectoria profesional como director comercial de grandes grupos editoriales, en los que trabajó durante tres décadas. Pero un día vio que el bar al que iba los domingos se traspasaba y decidió dar un giro a su vida.
¿Cómo le dio por convertirse en hostelero?
A mí siempre me ha encantado llegar al bar, pedir una cerveza, charlar con los camareros... Y coincidió que se traspasaba un bar que me gustaba con que estaba un poco cansado de la vida de comercial editorial, que me exigía estar todo el día en la carretera. Así que di el salto.
¿Con qué se queda de esta etapa?
Es un trabajo sacrificado pero muy gratificante, sobre todo por la clientela que he tenido, que ha sido inmejorable. Jamás ha habido un problema en estos años, ni una sola hoja de reclamaciones.
Eso sí, desde primera hora me di cuenta de que yo tenía que estar al frente del negocio. Cada día he estado al pie del cañón, porque el personal, aunque conseguí un equipo de confianza, fallaba y había que estar para cubrir esos huecos y controlarlo todo. Siempre he dicho que en la hostelería hay que dar más puntás que una costutera.
Me llevo muy buenos amigos de estos años, clientes que venían siempre. En la terraza de la calle Ánimas venía más clientela joven mientras que al bar de Virgen de la Victoria llegaba un público más maduro, que disfrutaba tomando sus cosas de siempre y con nuestra cocina casera.
Luis Felipe ha sido un bar muy de barrio y para el barrio, ¿no es cierto?
Teníamos una clientela fiel, muy de sus costumbres. Los domingos después de misa venían corriendo para coger sitio.
Hay una anécdota muy graciosa de un grupo de señoras que se turnaban para que una de ellas saliera un poco antes de la misa del domingo y se quedaba sin comulgar ese día para coger sitio aquí.
¿Cuáles han sido las recetas emblemáticas de Luis Felipe?
El teorema de Luis Felipe (una canastilla de hojaldre rellena de salmón, jamón, mayonesa y huevo de codorniz), que la he tenido desde que abrí. También el pulpo a la gallega, porque mi primer cocinero era gallego. Rodaballo, lenguado, calamar de potera y los guisos: cola de toro, carrillada y arroces.
¿Le ha dado pena que no continúe Luis Felipe con alguno de sus hijos?
Mi hijo Luis Felipe (Pipe) se quedó con la terraza de la calle Ánimas, donde abrió El Buche, pero hacerse cargo de Luis Felipe requería una entrega diaria y él tiene su trabajo en la banca.
Se ha quedado el negocio un chaval francés que lleva muchos años en Sevilla y ha trabajado en restaurantes de Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas. Le va a poner El Jardín y está acondicionando el local a sus necesidades para abrir en breve. Quiere trabajar pescado y marisco de calidad.
Cuando pase por allí y vea que ya no es Luis Felipe, ¿qué le pasará por la cabeza?
Entraré y me pediré una cerveza. Las cosas hay que olvidarlas y saber pasar página, tengo ganas de disfrutar de esta nueva etapa. Hay quien me dice que ahora no hago nada pero la verdad es que no paro. Tengo campo y casa en Extremadura y no tengo intención de aburrirme ni un momento.
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