55 aniversario
Hermanos Hijón (La flor de mi viña): «El negocio ha prosperado gracias al esfuerzo de toda la familia»
El establecimiento de la calle José de Velilla es de los pocos bares del centro con más de medio siglo de historia
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Iniciar sesiónEl ambiente de la calle está frío y gris pero ellos llevan su camisa blanca de manga corta como si dentro fuera verano. Y lo parece. La calidez de bares como La flor de mi viña está en peligro de extinción. Allí todos reciben con ... hospitalidad y esperan al cliente con la ilusión tan intacta como su vitrina a las doce del mediodía.
Con el trajín permanente de secar vasos, servir cafés y recoger, parece hasta lógico que no tengan un minuto para sentir el aire helado de esta mañana de diciembre, una similar a aquella de 1968 en la que su padre, Ildefonso Hijón, inauguró el bar.
Con motivo de su 55 aniversario les robamos unos minutos para conocer las claves que les hacen seguir siendo un templo de la cocina casera en el centro de Sevilla, un bar de barrio que resiste en el corazón comercial de la ciudad.
Nos atienden Bonifacio, Bibiano y Curro, los tres hermanos que tiran a diario del establecimiento, aunque otro de ellos, Gabriel, echa un cable con la gestión, y la mayoría de mujeres y sobrinos ha pasado por su barra o su cocina.
En 1992 falleció el patriarca y Visitación García se quedó viuda con 50 años, ocho hijos y un bar que atender, convirtiendo a La flor de mi viña en un auténtico ejemplo de negocio familiar bien gestionado.
Se encargó de su cocina durante décadas y suyas son recetas que aún permanecen como carrillada, albóndigas o su famoso atún nevado. Cuando llegó el momento de jubilarse, lo hizo con la tranquilidad de dejar las riendas en buenas manos. Allí siempre recibe alguien de la familia Hijón y eso lo convierte en uno de los bares con dueño que tanto nos gustan.
¿Cómo ha cambiado el bar en estos 55 años?
Bibiano Hijón: El negocio ha prosperado mucho gracias al esfuerzo de toda la familia. Mantiene la esencia y el espíritu de trabajo que siempre hemos tenido.
Bonifacio Hijón: Fue mi padre el que nos inculcó esos valores. Él hizo la reforma del bar y falleció de cáncer al poco tiempo, con tan solo 56 años. Entonces todos fuimos pasando por aquí y hemos conseguido mantener lo que él mi madre lograron con tanto esfuerzo.
Con esa familia tan dispuesta no tendrán los problemas de personal que tiene la mayoría de bares y restaurantes...
Bibiano Hijón: Tenemos una buena plantilla y siempre que ha hecho falta toda la familia ha arrimado el hombro, desde el mayor hasta el más pequeño. De todas maneras, como el negocio va bien y ha crecido, hemos necesitado también buscar más gente de fuera.
¿Cuál es la clave para llegar a los 55 años?
Bonifacio Hijón: Trabajar mucho y ser constante, además del sacrificio. Lo primero es el bar, lo segundo es el bar y lo tercero el bar.
Bibiano Hijón: El bar necesita tu entrega todos los días, especialmente cuando llegan los días de fiesta. No vale que se acerque el Puente de la Inmaculada y hagas planes, tienes que estar aquí. Son muchas renuncias y a veces pesan, pero como decía mi padre: «Si no querías esto, haber estudiado».
¿Valora el público este tipo de negocio del que van quedando pocos?
Bibiano Hijón: Cada vez lo valoran más. En este sector, lo importante no es llegar, sino mantenerse. En Sevilla hoy día cualquiera abre un bar pero luego muchos cierran. Hay sitios que se pasan los dos primeros meses llenos porque al sevillano le gustan las novedades, pero hay muy pocos capaces de durar 55 años.
Bonifacio Hijón: Lo agradecen mucho. Esto es como el mundo del arte, si lo haces bien pero copias a otro, al final la gente va al otro sitio y no al tuyo. Tienes que tener tu sello y tu estilo.
¿Es importante para el cliente llegar y encontrarse a los dueños tras la barra?
Bonifacio Hijón: Aquí en Sevilla gusta eso, sobre todo porque hay clientes que nos han visto trabajar con 15 años y ya son muchos años conociéndote.
Bibiano Hijón: Eso gusta tanto al cliente como a nosotros, porque la mayoría de los que llegan son los de siempre y nos conocemos mucho.
¿Qué piensan que atrae más a su público: la cocina o el trato?
Bibiano Hijón: En un bar la cocina es fundamental y nosotros hemos sabido adaptarnos a lo que el cliente quiere.
Curro Hijón: Aquí hay profesionalidad y eso cuesta encontrarse hoy día. Va a pasar como en los bancos, que vas y te atiende un cajero automático, pues ya hay bares con camareros robots.
Bibiano. En Sevilla gusta el trato humano, que llegues y el camarero te hable del Sevilla o del Betis, te pregunte por tus cosas... Aquí el trato es el de toda la vida, para lo bueno y para lo malo.
¿Se está perdiendo la autenticidad en el servicio?
Bibiano Hijón: La primera cerveza te la ponen corriendo en cualquier bar pero en muchos tienes que esperar un rato para la segunda porque ya no te hacen caso y los camareros miran para todas partes menos para el cliente.
Bonifacio Hijón: Nosotros ofrecemos buena calidad y sobre todo buen servicio. El servicio hoy día es muy importante y hay sitios que no lo cuidan. Llegas y te dan la carta sin más, no puedes preguntarles porque no saben, y eso aquí no ha pasado nunca.
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