La Alternativa + Vidal: «Alternando entre canelones y copas»

Uno ha dejado claro más arriba la clasificación del bar. Podríamos decir de él que es un “LolaFlores”, ya saben: no canta, no baila, pero no se la pierdan. Quizás lo que mejor defina a La Alternativa sea la ausencia de pretenciosidad, diríase que no busca mas que hacer pasar un rato agradable al visitante, sin otro particular. El bebercio acompaña al comercio con la generosidad de Sanlúcar y Jerez: Papirusa, Gabriela oro en rama, Palo Cortado Cayetano del Pino o Gobernador oloroso, por ejemplo. Todos aconsejables como la Cruzcampo mediada en vaso de sidra para una mojama o un queso Payoyo antes de meterse en palabras mayores. Su carta de tapas alterna cosas frías y guisos, de fuera, ya que el local carece de cocina. No obstante, todo llega a la mesa bien presentado en tiempo y forma gracias un servicio en sala bastante esmerado. Montaditos como el de sobrasada picante con brie, el de cochinillo con salsa de oporto, la pringá; picoteo como le llaman ellos al tartar de atún con aguacate y lima o cosas más enjundiosas tales que el menudo con garbanzo o la carrillá con patatas especiadas . Sobre todo, el primero, bastante logrado. El parroquiano, principalmente vecinos del barrio, transmite oralmente la predilección por el canelón de pato con salsa de foie . Un plato muy bien resuelto que deja apañado al comensal solitario e invita a repetir a la pareja o a la reunión.

Tienen de postre una excelente torrija brioche con helado de vainilla con la que romper en vasos largos, alternativa a la escondida afición del vecindario de copear cada vez mas temprano. Apenas llevan un par de meses abiertos, pero han conectado con el público vecino de gente tranquila y conocida que resuelve los mediodías y las tardes a la vez y sin coche. Como debe ser.