De andar por casa

Lo mejor que se puede decir de la carta es que es de andar por casa, pero en el buen sentido. Y el servicio es…lo mismo, profesional pero cercano, en el límite de la confianza pero siempre en su sitio. Conocen la Carta a la perfección y están dispuestos a saltársela si les damos un buen motivo.

Abrimos apetito con un plato de jamón serrano (19,00 euros) de los que ya no se ven, bien cortado y presentado.(Por ponerle una pega al “momento jamón” el pan no es bueno, ahí se nota lo vinculado que está la cadena José Luis a los catering. ¿O es que alguien ha estado alguna vez en alguna boda donde el pan se pudiera tomar?)

El jamón lo acompañamos con una tortilla de patatas (7,00) jugosa y recién hecha y por la que vale la pena venir y unos calamares (13,00) muy bien fritos pero acompañados de una mayonesa de mentirijillas que, como siempre, no solo no completan el sabor sino que lo tapa.

A continuación unas setas a la plancha con jamón (13,00) tan sabrosas que les sobra el ajo con el que rematan el plato. Una pena que hayamos tenido que ir quitándolo con paciencia del plato para llegar al sabor de la seta y el jamón.

Terminamos con un escalope de solomillo de ternera (18,00) muy bueno, riquísimo y al que, una vez más, le sobra algo, que en este caso son los calamares de campo.

El postre, al igual que nos ocurrió con el tinto, no nos llamó especialmente la atención.

Hemos comido bien, sin diversión, pero sin sorpresas, y eso es lo que José Luis siempre nos dará, la confianza de una marca, que, además, abre todos los días del año.