La Cayetana: «Cómo mirar la tradición desde hoy»

Hoy me acerco a La Cayetana de Marqués de Paradas, un «bistró andaluz» , como ellos mismos se autodenominan. Lo que otrora era un gastrobar, ahora adquiere este nombre francés que se utilizaba para aquellos bares parisinos que daban un menú sencillo y humilde.

La Cayetana tiene una decoración ecléctica. Aúna piezas modernas con algunos muebles más clásicos que le hacen tener una imagen muy personal. Su menú también recoge ese mestizaje entre lo tradicional y lo moderno , y a platos cuya base es clásica, les aportan un punto de vista actual.

El primer plato que tomé fue su ensaladilla de marisco , que hacen con una mayonesa de galeras. Un gran planteamiento, pero excesivamente fría para mi gusto.

Las croquetas de jamón ibérico son otro clásico, con una bechamel muy láctica que contrasta con el fuerte sabor del jamón.

La tortilla de patata es uno de los grandes olvidados de los bares sevillanos normalmente, ya que tradicionalmente es un plato que comemos más en casa que fuera.

En este caso l a hacen al estilo Betanzos, sin cebolla y buscando no terminar de cuajar la yema. Buena, la patata cortada fina crea un matrimonio perfecto con el huevo.

Notable también su arroz ibérico con sofrito de carne de cerdo y costilla ibérica glaseada. Con el umami que aporta este animal a los guisos y un arroz con un punto correcto, es un plato muy redondo.

Más normal fue su solomillo de vaca , que aunque nos lo recomendó el maitre, salió de cocina un poco pasado de punto. Lo acompañan con patatas fritas y pimientos del padrón.

El final dulce lo firma la omnipresente tarta de queso al horno , con un toque más fundente y cremoso que dan con chocolate blanco.

Agradable comida en un curioso restaurante, cocina sencilla, pero sin apenas fallo le hace tener una propuesta muy consistente. El servicio, aunque amable, en ciertos aspectos excesivamente insistente corta un poco el ritmo y conversación de la mesa.