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La Feria del Libro de León abre sus puertas para alimentar «el alma» y «el cuerpo» con una cita dedicada a la gastronomía

Yolanda León y Juanjo Pérez, del restaurante Cocinandos, muestran en el pregón inaugural su amor por la cocina y por los libros

La Feria del Libro de Madrid mira a Nueva York

Yolanda León y Juanjo Pérez, de 'Cocinandos', durante el pregón inaugural de la Feria del Libro ICAL

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«Si la literatura alimenta el alma, la cocina lo hace con el cuerpo y ambas, cuando se preparan de verdad, nos hablan del origen, de la memoria, del tiempo y del amor». Con esa frase abrió ayer el pregón de la Feria del Libro de León el cocinero Juanjo Pérez, quien junto a su compañera Yolanda León, del restaurante 'Cocinandos', fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida de esta nueva edición, dedicada a la gastronomía.

Bajo el lema 'Entre libros y fogones', el placer de la lectura se alía con el del buen comer, y con unos pregoneros que no dejaron pasar la oportunidad de recordar la importancia que ambos tienen en la vida. «Cada plato que servimos no es solo una combinación de sabores sino una historia contada con ingredientes, y es curioso porque a veces una receta se parece mucho a un relato: hay un principio humilde, un desarrollo completo y, si todo va bien, un final feliz», dijo Yolanda León.

Por su parte, Juanjo Pérez aseguró que «innovar es una forma de amar lo de siempre. Eso lo hacen también los libros, nos llevan de la mano a un lugar donde ya estuvimos o nos llevan a otros donde nunca hemos estado. Nos dan consuelo, nos retan, nos abren el apetito por entender el mundo», dijo, recordando que ellos también innovan en la cocina, reinterpretando platos tan clásicos de la gastronomía leonesa como el cocido.

«Una vez, preparando un menú, decidimos reinterpretar algo tan leonés como un cocido. Existen tantas versiones como personas que lo cocinan, pero hay elementos que son sagrados: la sopa, los garbanzos, el repollo, el chorizo, el tocino, el morcillo…esos no se negocian«, señaló, informa Ical.

«Se podrían pasar horas discutiendo sobre este plato, que en realidad no es un plato, es un menú degustación, un ritual, una ceremonia que ha evolucionado. Nuestra versión es un aperitivo al inicio del menú de invierno, y lo hicimos en tres vuelcos, a nuestra manera. Primero un ravioli con las carnes. El segundo un bollito de pan relleno de morcilla de León y el tercero, el caldo, la sopa pero sin pasta con galleta de berza. Encima colocábamos las legumbres», explicó, abriendo el apetito de los asistentes a esta apertura.

Por último, recordaron a referentes de los que han aprendido muchas cosas en la cocina, como Karlos Arquiñano, Elena Santonja, del programa Con las manos en la masa, el pastelero leonés Santiago Pérez, Arzak o con libros de cocina, como el de Simone Ortega.

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