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Gran reconocimiento del Ministerio de Agricultura a un aceite de Toledo

Aceites García de la Cruz, de Madridejos, ha recibido el premio «Alimento de España» a la Industria Alimentaria

ABC

Con casi un siglo y medio, quizá sea uno de los aceites de oliva virgen extra con más vida de toda Castilla-La Mancha y del país. Una larga trayectoria que le ha servido la familia García de la Cruz para alzarse con uno de los importantes « Premios Alimentos de España », en su 32º edición, con los que cada año el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reconoce a los mejores de este campo.

En concreto, la longeva almazara del municipio toledano de Madridejos ha obtenido en 2020 un galardón en la categoría de Industria Alimentaria «por sus más de 145 años de dedicación a la producción y elaboración de aceite de oliva virgen extra y haber conseguido, desde el ámbito de la gestión familiar y la producción tradicional, adaptarse al consumidor moderno y al mercado internacional».

Esto es lo que reza la información con la que el Ministerio notificaba a García de la Cruz su «Premio Alimentos de España», con el que reconoce también la labor desarrollada por empresas y profesionales que se han distinguido por producir, ofrecer y divulgar los alimentos de calidad españoles, así como su contribución al desarrollo del sector alimentario español de forma sostenible y eficiente.

Según comunicado de prensa del propio Ministerio de Agricultura , la compañía «no solo prima la calidad, sino también la diversificación», y destaca los «proyectos enfocados en el desarrollo sostenible con uso eficiente de la energía y la economía circular». Al hilo de esto, cabe mencionar que el pasado año esta empresa recibió dos premios relacionados con sus buenas prácticas en torno al medio ambiente y la sostenibilidad.

Los hermanos García de la Cruz, Fernando y Eusebio afirman que «este premio representa para nosotros una forma de honrar las 4 generaciones que nos han precedido y a 30 años de éxitos y fracasos, duras incertidumbres y grandes y complicadas apuestas. Todo el sector ha tenido que adaptarse a los grandes cambios que se han producido en el mercado en los últimos 20 años, estando esto unido a la percepción que tenía el consumidor del aceite de oliva, que ha evolucionado pasando de ser un producto poco valorado a ser el aceite más saludable, exquisito y divertido del mundo. A esto se suma el esfuerzo que de nuevo ha realizado el sector, para adaptar sus sistemas de producción y fabricación del aove y de este modo contribuir con el reto medioambiental al que nos enfrentamos: la lucha contra el cambio climático».

Este premio es el resultado del esfuerzo continuo y diario que desempeña todo el equipo humano de García de la Cruz para hacer que este producto llegue a más de 42 países. Este esfuerzo dio como resultado la apertura de dos oficinas comerciales en Estados Unidos llevando el producto a las cadenas de alimentación más prestigiosas del país. Además, García de la Cruz se ha convertido en los últimos cinco años, en el principal exportador de aceite de oliva virgen extra envasado de España a Japón, mercado éste más exigente del mundo.

El galardón, que sin duda es un orgullo para toda la compañía, no ha sido el único de este año, ya que también ha recibido dos medallas de oro a la calidad de su aceite en el concurso «Los Angeles International Olive Oil Competition», una medalla de oro en la «New York Olive Oil Competition», tres medallas de oro y una de plata en la «Japan Olive Oil Competition», el premio «Prestige Gold» en el concurso Terraolive celebrado en Israel y un accésit en la Denominación de Origen Montes de Toledo .

Actualmente, la compañía está dirigida por la quinta generación de la familia, la cual orientó la estrategia de la empresa en la internacionalización de la misma. En 2016 se abrió una filial en Nueva York y actualmente cuenta ya con dos oficinas comerciales en este país.

Desde hace una década, la compañía se ha centrado en la producción ecológica y ha seguido una línea de trabajo marcada por el cuidado y desarrollo de la sostenibilidad en todos nuestros olivares. Entre otras medidas, García de la Cruz fabrica sus propios abonos orgánicos, a partir del alperujo generado en el proceso de fabricación del aceite de oliva virgen extra, siguiendo la premisa de « devolver al campo lo que del campo proviene ».

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