Evacuados 16 ancianos de la residencia municipal de Calatayud por el brote de coronavirus

El grave brote de coronavirus que afecta a la residencia municipal «San Íñigo» de Calatayud ha obligado a lo largo de este lunes a evacuar del centro a 16 ancianos , seis de ellos para su ingreso hospitalario y los otros diez para quedar internados de forma provisional en un centro para casos leves de Covid que el Gobierno aragonés tiene habilitado en el barrio zaragozano de Casetas.

Estos traslados de ancianos se han acordado este lunes, después de que el Gobierno aragonés haya intervenido ante la grave situación en la que se encuentra esta residencia que pertenece al Ayuntamiento de Calatayud . El brote se detectó hace una semana, pero no ha sido hasta este lunes cuando se ha destapado la dimensión de un contagio que ha infectado a la mayor parte de los residentes y a una significativa parte de los trabajadores.

Según los últimos datos oficiales facilitados, 44 de los 75 ancianos que residen en este centro se han infectado de coronavirus. Hasta primera hora de este lunes, dos de ellos habían sido hospitalizados y, además, hay 18 trabajadores contagiados -la tercera parte de la plantilla total del centro-.

Ante la gravedad de la situación, la Consejería de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno aragonés ha intervenido, en cumplimiento de sus competencias de inspección, control y supervisión de los geriátricos que hay en la región, sean públicos o privados.

Fuentes de esa Consejería indicaron este lunes por la tarde que, fruto de esa intervención, el Gobierno aragonés «ha estado trabajando desde primera hora de la mañana de este lunes para colaborar con el centro en las labores de aplicación del plan de contingencia y la sectorización para evitar la propagación del virus».

Entre las medidas adoptadas, figura la derivación de diez residentes positivos por Covid-19 al centro intermedio de Casetas, así como la hospitalización de seis residentes, aunque en este caso no todos ellos habían dado positivo por coronavirus. El resto de residentes ha sido reubicado en el centro en función de su situación. El geriátrico ha sido delimitado por sectores, para reforzar el aislamiento de los internos según que estén o no contagiados y restringir al máximo los contactos.

La multiplicación de contagios que se ha producido en el centro apunta a que la cadena de infección se ha visto favorecida por un alto número de contactos de riesgo dentro del centro, que es lo que ahora se trata de cortar con las nuevas medidas que se han aplicado ahora.