Tengo un tabardillo
Muchas veces, en la consulta médica, es frecuente oír estas expresiones, cuando al paciente se le pregunta qué es lo que le pasa: Tengo un tabardillo que no sé lo que me pasa, ¿estaré acacharrada?, ¿tendré unas marraquias? ¿Qué me pasa, doctor? En realidad, no queda bien definido el auténtico significado popular de tabardillo en el diccionario de la RAE. Según la RAE, tabardillo es malestar o enfermedad tras una insolación. Persona alocada, bulliciosa y molesta. Tifus (enfermedad infecciosa).
El tabardillo, en el argot popular, es más propio y lo refleja y manifiesta mejor la mujer. Es ese estado emocional que se origina en situaciones estresantes propias de acontecimientos inesperados, indeseados, insólitos, anómalos, aberrantes y chocantes, que crean inquietud, impotencia, zozobra, inestabilidad emocional, acaloramiento del ánimo y alboroto sentimental, es decir, un disgusto. Son momentos atípicos en caracterologías humanas influenciadas por estados de ansiedad inexplicables por el acontecimiento en sí, que conlleva un desequilibrio del estatus personal, intentando, con ello, llamar la atención en quienes le acompañan en ese momento. «Qué tabardillo tengo». «Qué tabardillo me has dado». «No hagas que pille un tabardillo». «“Josú”, qué tabardillo». Viendo las encuestas que estamos viendo, contemplando la evolución de la situación económica y social, y viendo algunas resoluciones judiciales, más de uno estará pillando cada tabardillo...
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