Sherlock Holmes ya es de dominio público sin excusas
Este año caducó el copyright del último libro de la saga de Conan Doyle cuyos sucesores no han dejado de litigar contra quienes han creado sus propias historias de Holmes. En 2022 vencieron los derechos de Winnie the Pooh y en 2024 lo harán los de Mickey

Todos los años, EE.UU. saluda el año nuevo con la relación de las obras culturales que pasan al dominio público porque se han cumplido los 95 años de protección que brinda la legislación sobre derechos de autor de ese país. El 1 ... de enero le ha tocado a la generación de productos del año 1927, entre los cuales se encuentran obras como 'Tiempo Recobrado' de Marcel Proust, 'América' de Kafka, una colección de cuentos de Hemingway, la película 'Metrópolis' de Fritz Lang, 'El Cantor de Jazz', el primer filme hablado de la historia, y varias composiciones musicales de Louis Armstrong. Cualquiera podrá copiar, compartir, inspirarse o desarrollar una nueva historia a partir de estos personajes y sacarle partido comercial sin tener que pagar 'royalties' por ello.
La gran mayoría de estas obras deberían haber pasado al dominio público en 2003. Pero en 1998, el Congreso de EE.UU. aprobó la Ley de Extensión del Copyright que concedió a las obras publicadas entre 1923 y 1977 una ampliación de 20 años sobre la protección de la que disfrutaban. La primera ley de Copyright entró en vigor en EE.UU. en 1909 y los derechos duraban 28 años renovables bajo ciertas condiciones.
La extensión fue polémica porque en esa época varias investigaciones económicas demostraron que una protección excesiva de los derechos de autor frenaban la capacidad de innovación. Una investigación esencial fue 'The Case Against The Intellectual Property' de Michele Boldrin y David Levine publicado en 2002. En él, los autores argumentaron que «propiedad intelectual» había llegado a significar no solo el derecho a poseer y vender ideas, sino también el derecho a regular su uso, degenerando así en un «monopolio intelectual», socialmente ineficiente.

Las franquicias más valiosas del mundo
Estimación de ingresos totales en millones de dólares
Datos de noviembre de 2021
Pokémon
1996
105.000
Hello Kitty
1974
84.500
Winnie the Pooh
1924
80.300
Mickey Mouse & Friends
1928
80.300
Star Wars
1977
68.700
Disney Princess
2000
46.400
Anpanman
1973
44.900
Marvel Cinematic Universe
2008
36.200
Mario
1981
34.800
Harry Potter
1997
32.200
Fuente: Statista / ABC

Las franquicias más valiosas del mundo
Estimación de ingresos totales
en millones de dólares
Datos de noviembre de 2021
Pokémon
1996
105.000
Hello Kitty
1974
84.500
Winnie the Pooh
1924
80.300
Mickey Mouse
& Friends
1928
80.300
Star Wars
1977
68.700
Disney Princess
2000
46.400
Anpanman
1973
44.900
Marvel Cinematic
Universe
2008
36.200
Mario
1981
34.800
Harry Potter
1997
32.200
Fuente: Statista / ABC
Pokémon, la franquicia que nació de un videojuego creado por Satoshi Sajiri y Ken Sugimori para la Gameboy, está considerada como la primera marca en ingresos del ‘top ten’ de su sector. Le sigue Hello Kitty, otro personaje ficticio de la firma nipona Sanrio diseñada originalmente por Yuko Shimizu en 1974. En tercer lugar figura Winnie the Pooh, el osito creado por Alan Milne, empatado con Mickey Mouse y sus amigos, la creación de Walt Disney de 1928.
Uno de los ejemplos de los excesos que criticaban Boldrin y Levine lo plantea el caso de un personaje surgido en una obra que pasó al dominio público, pero que sigue apareciendo en obras posteriores que aún están sujetas a copyright. La ley es clara en cuanto a que la versión original del personaje pasa al dominio público con la obra que lo contenía. Pero incluso así, hay herederos que han desafiado la norma. Ha sido el caso de los sucesores del inventor de Sherlock Holmes, agrupados en Conan Doyle Estate Limited, que durante años han litigado para defender sus intereses. El detective y su ayudante Watson aparecieron por primera vez en 1887, por lo que los derechos de copyright de varias decenas de obras ya caducaron, pero eso no ha impedido que Conan Doyle Estate siguiera exigiendo licencias, argumentando que la reaparición de los personajes en un puñado de historias posteriores aún protegidas por derechos de autor les habilitaba para hacerlo. Además, pedían cantidades relativamente modestas con lo que la mayoría de la gente prefería pagar antes que ir a los tribunales.
Eso fue así hasta que Leslie Klinger, una abogada y fanática de Sherlock Holmes, decidió coeditar 'In the Company of Sherlock Holmes', una antología de nuevas historias inspiradas en el personaje y fue amenazada con acciones legales por los herederos que sostuvieron que los personajes son «una creación separada» de la historia en la que se inserta. En 2013, Klinger ganó el pleito y quedó claro que el personaje pasaba al dominio público desde su primera aparición. Este tipo de dudas ya no se planteará más, al menos en el caso de Holmes, porque justamente este año han caducado los derechos de autor de 'The Case-Book of Sherlock Holmes' que es la última colección de relatos firmada por Conan Doyle.
Pero la cuestión ha sido relevante en el pasado y lo será más en el futuro. Por ejemplo, el año pasado entró en el dominio público el primer libro de Winnie the Pooh de Alan Alexander Milne, publicado en EE.UU. en 1926. Milne vendió parte de sus derechos al agente literario Stephen Slesinger en 1930 y este lo convirtió en una franquicia millonaria que acabaría en manos de Disney. Se estima que Winnie the Pooh ocupó el tercer puesto entre las marcas con mayor recaudación de todos los tiempos, sólo detrás de Pokémon y Hello Kitty y empatado con Mickey Mouse. Hasta el momento, ha recaudado un total de 80.300 millones de dólares en todo el mundo, según datos de Statista.
Pero pasar al dominio público significa que cualquiera puede usar el personaje de Winnie the Pooh para crear nuevas obras y es lo que ha hecho el cineasta Rhys Waterfield que el próximo 15 de febrero estrenará 'Winnie-the-Pooh: Blood and Honey', una película de terror de bajo presupuesto que nos muestra un osito asesino y sangriento, muy alejado del prototipo de Milne, que junto con su colega Piglet perpetran una escabechina criminal en una casa aislada.
El asunto se vuelve crítico para la factoría Disney, tan celosa de sus derechos de autor que ha llegado a exigir el pago de franquicias a escuelas infantiles que usan sus personajes, toda vez que en 2024 pasará a dominio público la película emblemática de la compañía, 'Steamboat Willie', el corto de animación donde apareció el primer Mickey Mouse de la historia. Cualquiera podrá tomar ese personaje primitivo con nariz de rata y convertirlo en emblema de una campaña animalista o en asesino en serie. Lo curioso es que la reforma de la ley de 1998 fue motejada como 'Ley Mickey Mouse' porque el lobby de Disney fue tan intenso que parecía que los legisladores trabajaban para ellos.
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