Emotivo adiós a Toni Kroos en el empate del Real Madrid ante el Betis

[Narración: así hemos contado el Real Madrid 0 - Real Betis 0]

Kroos eligió una despedida sencilla. No quería fuegos de artificio ni grandes discursos. Se conformó con el rotundo aplauso de su público, que coreó su nombre y le dedicó un emotivo tifo que salió desde la grada de animación. 'Gracias, leyenda', aparecía escrito en él, junto con la relación de títulos ganados. Sus compañeros, con el 'ocho' a la espalda, y los jugadores del Betis hicieron pasillo al alemán, ruborizado al sentirse el centro de todas las miradas.

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«No es fácil. Solo puedo dar gracias al madridismo, al club, a mis compañeros, a todo el estadio... Siempre me he sentido en estos diez años como en casa. No podía pedir más. Venía con una sensación diferente. Quería disfrutar y lo he hecho. Como siempre. En los próximos años voy a notar que me falta esto», dijo en Real Madrid TV al terminar la fiesta el mediocentro, abrumado de verdad por el ambiente tan especial que desprendió el Bernabéu en su adiós.

La emoción creció al acabar el baile. Era el minuto 86 cuando Ancelotti lo sacó del campo justo después de intentar el gol en un lanzamiento de falta. Para entonces ya estaba dentro del mismo Luka Modric, por lo que los últimos minutos de Kroos en el Bernabéu fueron junto al croata. Con su compañero de fatigas fue el primer abrazo, la primera lágrima. Luego llegaron muchas más. Los jugadores del Madrid se arremolinaron en torno a él, casi impidiéndole marcharse. Después, Kroos se encontró en la banda con su mujer y sus hijos. Ahí, incluso para alguien tan alemán como él le fue imposible mantener la compostura. «He estado fuerte hasta el momento en que he visto a mis niños», reconoció. Dio tiempo también para que lo manteasen y diese una vuelta al estadio, despidiéndose.

Kroos aún vestirá una vez más la camiseta blanca, en la final de Champions ante el Dortmund, en Wembley. Y aún tendrá fútbol de sobra para un mes más, cuando se sume a la selección alemana para la Eurocopa. Si emotivo está siendo su adiós al Real Madrid, no lo será menos el que le dedique 'Die Mannschaft'. Kroos decidió dejar su selección después de la pasada Eurocopa. Cerró una etapa y se perdió el Mundial 2022. Pero la posibilidad de despedirse de su deporte con el único título que le falta era una tentación demasiado grande. El pasado marzo regresó en sendos amistosos ante Francia y Países Bajos. Y lo hizo a lo grande, con dos asistencias de gol que significaron triunfos. Su vuelta al equipo nacional fue el mejor regalo posible para el nuevo seleccionador, Julian Nagelsmann. No es casualidad que los dos años de ausencia de Kroos hayan coincidido con una de las etapas más oscuras de Alemania en toda su historia, eliminados en la primera fase en Qatar y con solo tres triunfos de once posibles durante 2023, en plena preparación para la Euro de casa.

Será al acabar la participación de Alemania en ese torneo cuando Kroos cierre para siempre su carrera deportiva. Al decidirlo tenía muy claro que uno de sus grandes objetivos era pasar más tiempo con su familia. El germano echará de menos el terreno de juego, pero no muchas de las cosas que rodean a la competición. Ni los desplazamientos ni las largas estancias lejos de su hogar. Junto a su esposa Jessica, Kroos podrá dedicarse en cuerpo y alma a ver crecer a sus hijos, Leon, Amelie y Fin.

También aprovechará para desarrollar la academia que lleva su nombre en Boadilla del Monte. Ahí podrá dar rienda suelta a su pasión por el fútbol formativo. No tiene pensado dar el salto a los banquillos, pero ha avisado que le gustaría formar parte del equipo de leyendas del Real Madrid. Kroos ya ha tenido una primera toma de contacto con Raúl, quien quiere convencerlo para que conforme un centro del campo de ensueño junto a Zinedine Zidane.

Fuera de ese ámbito, Kroos tiene otro par de sociedades con las que quiere consolidar y aumentar el capital ganado en los terrenos de juego. Una de ellas está dedicada a las inversiones inmobiliarias. La otra se centra en el material deportivo, donde cobra especial relevancia su vinculación histórica con Adidas.

El adiós de Toni Kroos sirvió también al Real Madrid como ensayo general para la final de la Champions. Ancelotti eligió de inicio a los once futbolistas que apuntan a ser titulares en Wembley, pero el técnico italiano entendió pronto que no podría sacar muchas conclusiones.

Imbuido por el ambiente de homenaje, al equipo blanco le costó entrar en el partido y luego se topó con un Betis muy serio al que incluso le anularon dos goles. Solo Vinicius pareció tener ganas de meterle sal y pimienta a un duelo demasiado blando. Kepa también se despidió desde la portería. Y hasta Nacho dio señales de los mismo al ser sustituido. Era un día para otros menesteres.