Ya nos toca saborear una buena copa

Por Nervión, aún se recuerda con coraje el gol de Piqué que les alejó de la final la pasada temporada, en una eliminatoria contra el Barcelona en la que los de Lopetegui brillaron de lo lindo hasta que acabaron fundidos. No menos lamentos levantó por Heliópolis el gol de Raúl García en la confrontación de cuartos contra el Athletic, cuando un tanto de Juanmi (¿les «trisuena» de algo este nombre?) en las postrimerías del choque parecía colocar a los de Pellegrini en semifinales del torneo. Y sin irnos mucho más allá del calendario pandémico, todavía permanece fresca en la memoria en verdiblanco el fatídico cruce en semifinales con el Valencia de la 18-19 o en rojo la final contra Messi en la 17-18.

Este debería ser el año de los dos, porque raramente han llegado ambos equipos tan sólidos a la primera ronda del llamado torneo del K.O. Ganan mucho más que pierden, a los rivales les cuesta una barbaridad someterlos y en los banquillos Julen Lopetegui y Manuel Pellegrini no hay semana que no batan algún récord personal, celebrados como suyos por los aficionados. Figuran entre los más goleadores del torneo liguero y de los menos goleados, la máquina más fiable y molona de fabricar victorias.

Servirá además la competición para poder darle caña a los menos habituales y procurarles el ritmo de competición y presión (las eliminatorias a partido único hasta semis no permite distracciones) que permita luego aprovechar sus progresos en la Liga y en Europa. Ahí están ya Alicante y Córdoba como primeros escaparates donde lucirse y poner en un compromiso a los técnicos a la hora de decidir titularidades. Aprovéchenlo.