Hoy, sienten al dentista en su sillón
Frente al Chelsea vimos a un Madrid peor que malo que se hizo acreedor a plagiar el lema sevillista del «Nunca se rinde»
Navas disputa un balón con Vinicius en un Real Madrid - Sevilla FC
Desde que Joaquín Caparrós comparara la visita al Santiago Bernabéu como la de los mortales más aprensivos al dentista, los partidos frente al Real Madrid se han identificado en rojiblanco como la anual visita al odontólogo. En esta ocasión, que es hoy, es ... el Sevilla el que recibe al sacamuelas y todo el mundo espera que lo siente en su sillón de la tortura y le administre su misma medicina. Sin el gas de la risa para aliviarle la angustia, que para eso Julen Lopetegui gasta las carcajadas justas y ninguna al recordar su paso por los predios de Florentino .
La recuperación de efectivos por parte sevillista y las bajas anunciadas en el Madrid han incrementado las esperanzas locales de obtener una victoria que les permita bien mantener las distancias con sus perseguidores, bien aumentarlas. Los de Ancelotti, que vienen de nuevo de completar otro ejercicio de épica frente al Chelsea, van a cojear en defensa, porque aparte de haberse quedado sin laterales izquierdos no podrá contar con Casemiro 'El Intocable', el jugador con más bula para la leña del fútbol español.
Frente a los ingleses vimos a un Madrid peor que malo que, sin embargo, se hizo acreedor a plagiar el lema sevillista del «Nunca se rinde». Lo tenía todo perdido y acabó dándole la vuelta a la eliminatoria en la prórroga. No tendrán treinta minutos más en el Sánchez-Pizjuán y sí una defensa como la del martes, muy permeable a poco que se le ataque con confianza.
Si frente al Granada Lopetegui fue con todo, no se espera otro arrebato de valentía frente al líder. Ni falta que hace. Toca reforzar el centro del campo y tener voluntad de hacerle daño arriba. Es probable que vuelva a jugar Martial, quien no marca, pero al que se necesita amortizar aunque sea en minutaje, por mucho que el que se haya ganado el puesto de titular haya sido Rafa Mir, un egoísta de libro ante el gol. El cartagenero moreno, que le habrían cantado Los Tres Sudamericanos, lo remata todo, incluso lo que no debe. Para un equipo que lo hace con avaricia, tal cabezonería se convierte en maná. Y al equipo le hará falta mucho en la travesía hasta el final liguero. De su avituallamiento goleador depende que pueda mantener su plaza Champions.
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