De optimistas y pesimistas mal (in)formados

El optimismo derivado de los planes del nuevo técnico, tiene un apéndice con muchos nombres propios. Pape Guaye, que regresó lesionado de la concentración con Senegal, va a estar apto para la batalla sabatina en el Nuevo Mirandilla, vulgo Ramón de Carranza; Fernando cumplirá en la Tácita su último partido de sanción, justa penitencia a su insólita chabacanería; Tecatito ya se puede poner su corona y Jordan pensar en disparar a puerta contraria, años ha de su llegada, en vez de fusilar a Bono; Bryan es duda, pero también franquicia para Mendilibar; Mir sueña con volver al gol, tras la pesadilla de verse extremo de terracota. ¡Si hasta Marcao retrasa su reaparición para hacerla de farolillos!

Titulábamos no hace mucho con un 'ahora o nunca' a la vista del calendario que le restaba al equipo. Cinco partidos 'asequibles' de los que ya se han disputado dos, frente a Almería y Getafe, con cal y arena basta. Quedan tres (Cádiz, Celta y Valencia) antes de que la autopista se convierta en carretera de montaña, con el abismo amenazando tras cada viraje. Ojalá el de Zaldibar los plantee mejor que quien organizó la venta de entradas para el partido del sábado, que ha indignado a no pocos 'pagadores interruptus'. Hacer las cosas bien suele costar lo mismo que realizarlas mal. Basta con sentido común y el respeto, que no miedo, a los demás. En el césped y en los despachos.