Intensidad, divino tesoro
Las temerarias entradas de las últimas jornadas confirman que los árbitros interpretan la fuerza excesiva con rigor escaso
Munir celebra el segundo gol del Sevilla al Betis
Ganar el derbi en Liga en el siglo XXI se ha convertido para el Sevilla en algo difícil de calificar como extraordinario. Así lo determinan las estadísticas, aquellas que, de no fallarme esas matemáticas que siempre suspendía, acreditan 19 triunfos sevillistas por 8 ... béticos en 38 confrontaciones desde la temporada 1999-2000 (seis contra una en los últimos ocho enfrentamientos). ¿Qué le ocurre al equipo bético cuando afronta un partido de rivalidad? La respuesta acaso haya que encontrarla en la intensidad con que se emplea el rival en esta clase de partidos, mientras los verdiblancos abusan de la estrategia en busca de sorprenderlo. Justo lo contrario que esta temporada acostumbran en la competición regular, donde los de Lopetegui especulan y los de Pellegrini tratan de imponer el ritmo de juego desde el inicio de los partidos.
Si lo denominado por el entrenador bético como «partido muy falso en la primera parte» fue determinante en el resultado final, la temeraria entrada de Acuña sobre Fekir vino a confirmar lo que las respectivas de Casemiro al rayista Óscar Valentín , el atlético Giménez al céltico Aspas y Víctor Ruiz al mallorquinista Galarreta en la pasada jornada, denotaban: los árbitros manejan el término de fuerza excesiva con rigor escaso. Todas ellas eran, reglamento en mano, merecedoras de tarjetas rojas y todas se sustanciaron con amarillas y tres de los protagonistas –sólo Aspas permaneció en el campo hasta el final del encuentro y con el tobillo marcado- hubieron de retirarse lesionados. Urge poner coto a tan feo asunto.
El resultado del que debería ser el último derbi de la temporada, con permiso del bombo de la UEFA, definió también los objetivos de ambos equipos hasta final de campaña más allá de la aventura europea. El del Betis, clasificarse para la final de Copa este jueves y mantenerse en plaza Champions ante el acoso que sufre el tercer puesto por parte de Barcelona, Atlético y Villarreal. El del Sevilla, fortalecerse en la segunda plaza, incrementando la distancia con el quinto y tratar de aprovechar un improbable desfallecimiento del Real Madrid.
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