Mendi, Monchi y la plata que alumbra el camino
Si algo valioso tiene el Sevilla FC es su inconformismo por naturaleza
Los sevillistas celebran su séptima Europa League en Budapest
Mendilibar ha renovado. Faltaría más. Ningún sevillista esperaba otra cosa. Ahora queda convencer a Monchi de que siga trabajando y sufriendo por la gloria del Sevilla FC , que es la suya también. Si algo valioso tiene este club, por ... encima incluso de los títulos (si me lo permiten), es su inconformismo por naturaleza, ese envidiable atributo que no se reparte libremente por las empresas ni se puede comprar en las tiendas, pero que en cambio parece ir incrustado de serie en el ADN de la hinchada nervionense y de casi todos los que componen una entidad diferente, hecha al ingenio de sus particulares métodos para incomodar año tras año a los más grandes con muchos menos recursos. El inalterable espíritu crítico de los primeros, del aficionado de pie, recuerda siempre a los segundos que lo de dormirse en los laureles, aunque sea un poco, no es una opción.
La séptima Europa League ingresa en las vitrinas del Sánchez-Pizjuán tras un curso complicadísimo, de los más angustiosos que la familia sevillista recuerda en mucho tiempo. Por eso la gloria se paladea como nunca. Sabe mejor. Es tiempo de liberación, de festejar hasta el agotamiento, de sacar pecho si hace falta. El sufrimiento ha sido tan intenso que el Sevilla y el sevillismo no deben guardarse ni un gramo de euforia ahora. Lo ganado, trabajado y padecido está a pulso, hasta el extremo. El esplendor es más que merecido.
Bien está lo que tan brillante acaba, pero en Nervión, donde saben celebrar los éxitos mejor que nadie, no van a justificar determinados medios y decisiones terriblemente erróneas que casi llevan a la nave al naufragio más dramático. Sin duda, con plata se aprende mejor. Ganar la Europa League no sólo es sinónimo de la felicidad más plena, que lo es, sino sobre todo una nueva oportunidad de oro para el club de construir el futuro con cimientos y recursos con los que casi nadie contaba hace un par de meses. La inyección económica por el cetro continental deriva en un primer impacto por todos los conceptos de 60-70 millones de euros, más todo lo que vendrá después de la propia participación en la Champions.
La mejor versión de Monchi y del club, la que ha aparecido en el tramo final del curso con la contratación de Mendilibar y los fichajes invernales, es la que debe tener continuidad, sin discusión, desde hoy mismo. El Sevilla no se puede permitir el lujo de tropezar en la misma piedra que casi lo manda al precipicio. La plata de Budapest alumbra el camino. Y el Sevilla FC los necesita a todos, en el mismo barco, a Monchi, a Mendi, a Castro, a Del Nido Cararsco...
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