Valladolid - Sevilla: Entre el cielo y el suelo

Mecano fue el grupo que más lo rompía en aquellos años, y también, mal que les pese a los nostálgicos, el autor intelectual de algunos de los atentados más sangrantes contra el arte de escribir letras. Entre el cielo y el suelo era el título de su álbum del 86 y también el comienzo de una de las canciones más populares de ese álbum, que daba paso a un ripio terrible, amén de incomprensible: Entre el cielo y el suelo hay algo / con tendencia a quedarse calvo. Entre el cielo futbolístico del Barça y el suelo representado por el Valladolid, después de una semana algo turbulenta por el aireamiento de las diferencias entre el cuerpo técnico y el club, ayer por la tarde el Sevilla se ganó su descanso dominical. Así se llamó el siguiente disco de Mecano, Descanso dominical, donde los Mecano se superaron a sí mismos en el arte del ripio perezoso con aquella impagable rima: No hay marcha en Nueva York / y los jamones son de york.

En el año 86, los Mecano reinaban. Pero ese año fue también el de Los Nikis y El imperio contraataca. Una letra vindicativa que buscaba deshacer los complejos de inferioridad de España, y que refleja bien el espíritu del partido de ayer frente al Valladolid. La foto fue tan buena, con los canteranos enchufados, el fantástico doblete de Juanlu, el golazo de Isaac y el postre de Lukebakio, que hay quien ya se ve en Europa. Hay que ver qué pronto se olvidan las fatiguitas, y qué rápido se diluye el recuerdo de la vergüenza de partidos como el sufrido ante el Barça. Pero los más optimistas ya han desenfundado las calculadoras. El optimismo es bueno, y no es difícil encontrar razones: es cierto que el Valladolid está desastroso, pero en el José Zorrilla han empatado esta temporada equipos como el Atlético de Madrid y el Bilbao, y el Betis sucumbió. Además, el Sevilla viajaba a Valladolid con lo puesto y plagado de bajas. Pero conviene no traspasar la raya en la que el optimismo deviene en euforia. Del año 86 es también, por cierto, una de las mejores canciones de la historia del pop español: la cantaba Ilegales, y se llamaba Europa ha muerto. Un verdadero poema elegíaco a la defunción de un continente, que los últimos acontecimientos de la política internacional han cargado de vigencia, pero que también sirve como banda sonora para este Sevilla desde que levantó su anómala última copa Europa League con Mendilibar a los mandos.

El vértigo más común es el que se produce cuando miramos hacia abajo. Es el típico vértigo de las alturas. Si el Sevilla mira ahora hacia abajo en la clasificación liguera, el vértigo sigue siendo todavía discreto. Pero existe también un vértigo asociado a mirar hacia arriba. Se llama vértigo posicional y esta causado, al parecer, por problemas en el oído interno. Si uno no mira hacia arriba, muchas veces se pierde cosas. Es bonito, por ejemplo, contemplar las estrellas en las noches de limpio cielo. Pero si hay problemas de oído interno, el vértigo puede resultar muy desagradable. El oído interno de la afición sevillista es sensible a los cantos de sirena de Europa, pero, mal que nos pese, nuestra liga este año no está en mirar hacia arriba, sino en continuar agrandando la distancia con respecto a los puestos de descenso. Entre el cielo y el suelo es un disco de Mecano y, para evitar decepciones, en lo que, de forma realista, el Sevilla debe centrarse en esta temporada.