Sevilla FC-Liverpool (3-3): Empate épico
Los de Berizzo consiguen neutralizar un 0-3 en contra al descanso
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Empate épico del Sevilla FC ante el Liverpool, que deberá hacer bueno el 6 de diciembre en Maribor ante un rival que ya no se juega nada dentro de este Grupo E para sellar el anhleado pase a los octavos de la Champions. Con un ... empate en Eslovenia, vale. La escuadra de Berizzo, tras una primera parte en la que se marchó al descanso perdiendo 0-3, con graves errores en su sistema defensivo, resucitó en la segunda mitad hasta protagonizar una igualada histórica contra el equipo de Jurgen Klopp. Fue clave, entre otras cosas, la entrada de Franco Vázquez por Nzonzi en el intermedio. Ben Yedder se activó con un doblete que llamó a las puertas del sueño y en el descuento Guido Pizarro estableció el 3-3 final al remachar a la red un córner sacado por Sarabia. Espectacular la reacción del Sevilla.
Cuatro cambios presentó el once sevillista respecto al equipo que venció al Celta en LaLiga tres días antes. Entre las novedades, destacó como estaba previsto la vuelta a la portería de Sergio Rico. En defensa, entró Mercado para ocupar el lateral derecho, en detrimento de Corchia; mientras que Berizzo optó por mantener en el eje de la zaga al alemán Geis, tras su buen partido ante los gallegos y por la baja de última hora de Simon Kjaer, aquejado de una lesión en el adductor izquierdo. Además, Éver Banega recuperó su sitio en el once, por delante del doble pivote Pizarro-Nzonzi. Arriba, jugó Ben Yedder, máximo goleador del equipo en la Champions, después de dos titularidades consecutivas de Muriel.
Los equipos salataban al terreno de juego conociendo el empate 1-1 registrado en Moscú, en el otro partido del grupo. Los prolegómenos fueron de auténtica fiesta en el Sánchez-Pizjuán, con un estadio completamente lleno. Sin embargo, al minuto y medio de echar a rodar el balón, a los nervionenses les cayó el primer jarro de agua fría de la noche. Coutinho botó un córner, Klavan la peinó al segundo palo y Firmino apareció solo, libre de marca, para abrir el marcador. Mazazo de entrada para las aspiraciones sevillistas. Doce minutos tardó el conjunto hispalense en reaccionar y generar su primera acción de peligro. Una buena combinación entre Sarabia y Nolito dejó en posición de gol a Escudero entrando desde la izquierda, pero el vallisoletano cruzó demasiado su disparo y se estrelló en el lateral de la red. Era el primer aviso. Los locales se enfurecían por momentos. La grada apretaba. Y acto seguido pudo llegar el primero para los de Berizzo. Banega tiró de galones, habilitó a Nolito, el sanluqueño sentó a Gomez con un espectacular recorte en la frontal y estrelló su disparo en el poste izquierdo de Karius. Manos a la cabeza en Nervión. Increíble que ese balón no entrara... En esos instantes, el Sevilla era un ciclón. El equipo quería el empate. En otra frenética contra, Ben Yedder recibió en el vértice derecho, chutó con veneno y su lanzamiento se marchó lamiendo el palo. No entró por centímetros. ¡Qué dos ocasiones marraron hispalenses en pocos minutos!
Pero incomprensiblemente el Sevilla se diluyó y un contundente Liverpool se aprovechó de ello. Primero Sergio Rico salvó el gol en un mano a mano con Firmino, al que nadie pudo parar en carrera. Y poco después llegó el segundo tanto de los ingleses en una jugada calcada a la del primer gol. Esta vez fue Firmino el que la peinó en el primer palo, Mané apareció solo en el segundo y envió el balón al fondo de las mallas. En dos saques de esquina, dos goles de los de Klopp... Demasiadas facilidades de un Sevilla horrible en defensa. El castigo, antes del descanso, iba a ser peor con el 0-3. El Liverpool volvió a salir con todo a la carga, Mané se marchó en velocidad, fusiló a Rico y el rechace del portero le cayó a Roberto Firmino para que el brasileño marcara a placer... al término de los primeros 45 minutos, bronca en Nervión. Es cierto que la escuadra sevillista protagonizó muy buenos minutos después del 0-1, pero pecó de errores incomprensibles en su sistema de cobertura y se mostró nulo a la hora de defender la estrategia del rival.
En la reanudación, Berizzo movió el banquillo. Sentó a un desafortunado Nzonzi y tiró de la creatividad de Franco Vázquez para intentar dotar de algo de juego a una línea medular que se había mostrado absolutamente opaca. El cambio de piezas enarboló al Sevilla, que en el 51 logró acortar distancias. Banega colgó una falta lateral y Ben Yedder cabeceó a gol para meter a su equipo en el partido. El Sánchez-Pizjuán volvía a rugir. Tocaba épica... la locura invadió el estadio cuando a la hora de partido el propio Ben Yedder encaró a Alberto Moreno dentro del área y el exsevillista lo derribó cometiendo penalti. Brych decretó la pena máxima, pero perdonó la segunda amarilla al lateral del Liverpool. Ben Yedder agarró la bola, ejecutó y engañó a Karius por su izquierda, pero para añadir más tensión a la noche el árbitro invalidó el lanzamiento y obligó a repetirlo. A la segunda, el franco-tunecino tampoco falló y volvió a engañar al meta visitante, por el otro lado. Esta vez sí: 2-3. El Sevilla apuntaba a noche histórica y su afición se desgañitaba.
En el asedio total sevillista, Franco Vázquez y Nolito disfrutaron de sus oportunidades para empatar ante un Liverpool que se venía abajo. La igualada pudo llegar en otra acción increíble: Escudero la empaló dentro del área y las manos salvadoras de Karius enviaron el balón al larguero... Berizzo quería más y retiró del campo a un Nolito que exprimió toda su gasolina para dar entrada a otro delantero, Luis Muriel. También sustituyó a Ben Yedder, desgastado y con el trabajo cumplido de forma notable, por el eléctrico Correa en busca de aprovechar los espacios que se iban abriendo en el partido. El tramo final se convirtió en un correcalles en el que pudo pasar de todo. Hasta Banega se tuvo que emplear en defensa para evitar el cuarto de los ingleses cortando un pase de la muerte de Emre Can. Y la encomiable intensidad del Sevilla encontró el premio soñado... en el tiempo de descuento Sarabia botó con el alma un saque de esquina, el balón le llegó a Pizarro, el argentino la echó al suelo dentro del área y disparó para convertir el 3-3 definitivo. Estalló el Sánchez-Pizjuán y los jugadores se fundieron en un piña a la altura del banquillo. El Sevilla firmó una igualada épica. En Maribor, luchará para sellar su pase a octavos. Lo tiene en la mano. Falta un puntito.
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