El rincón de Cazón Palangana
Sevilla FC - Atlético: Podríamos hacer de esto un villancico, pero no
Esta noche pienso dormir en esa esquina del Gol Sur, celebrando el tanto. Abrazado a Lucas. Abrazándoos a todos
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Iniciar sesiónEsto debería considerarse un derbi. Porque no hay dos equipos cuyos apodos compartan tantas similitudes como una palangana y un colchón. Pensando en ambos objetos uno se imagina rápidamente tumbado en la cama, sin ganas ni fuerzas para levantarse, junto a un urinario que te ... hace invencible, sin necesitar nada más para pasar todo el día a la bartola. Palanganas contra colchoneros. Duelo por todo lo alto, desde donde se aprecia la cartona de un Cholo que lucha sin descanso contra su alopecia. Una batalla perdida, como pelear contra las pelusas del ombligo. Por más que te las quites, al rato vuelven a salir otra.
Un Atlético de Madrid lastrado por el covid y un Sevilla lastrado por las lesiones y la sanción de mi padre, Don Fernando Reges. Hoy jugaríamos huérfanos, como niños de San Ildefonso. La gran sorpresa en el once de Lopetegui era precisamente un crío, Iván Romero, delantero del filial que se encontraba ante su gran oportunidad. Siempre que un canterano debuta como titular en el Pizjuán me pongo en su pellejo y me sobrecoge imaginar ese momento en el que el míster te dice en el vestuario que hoy vas a ser titular en un partido vital para el campeonato. Soy yo y me como a Kondogbiá por los pies. Con lo que tiene que llenar comerse a ese bicharraco.
La primera ocasión del encuentro la tuvo Correa para el Atleti. Koundé cometió un error de alevín y le dio al argentino un balón en tres cuartos de campo. El delantero colchonero intentó sorprender a Bono, pero su disparo se fue alto. El guardameta sevillón, en su intento de detener esa pelota, chocó contra la valla publicitaria y creo que hoy va a llegar a casa con tres o cuatro lucecitas leds en su cabeza.
La primera vez que llegó el Sevilla a portería lo hizo subido a un F18. Iván Yerai Isaac Rakitic, natural de Pinoloco, apareció en la frontal del área pilotando un caza de la base de Morón de la Frontera para mandar un misil tierra-aire hacia la escuadra de la meta de Oblak. Golazo del príncipe croata para hacer el 1 a 0.
En el minuto 18 Ocampos le hizo un túnel a Hermoso que hizo que el Ayuntamiento de Sevilla se pusiera inmediatamente en contacto con Luquita para contratarlo para hacer la línea 2 del metro de la ciudad. Caño limpio como el agua de manantial, de los que duelen más que un balonazo en los witos.
Esta vez, el lesionado del partido no se hizo esperar y cayó antes de la primera media hora. Montiel se retiraba renqueante del terreno de juego para dejar su lugar a un Gudelj con cintita blanca en la cabeza para sujetarse las cejas (es de flequillo asintomático).
Lemar, que tiene nombre de marca de electrodomésticos, provocaba un córner con un disparo seco desde fuera del área. En ese saque de esquina iba a empatar el Atleti por medio de un Felipe que remataba solo en el área chica. Un fallo de marca inadmisible. Un despiste solo comparable al que tuvo el realizador de Canal Sur en las campanadas de 2015.
Antes del descanso, el Atlético de Madrid también empataba a lesiones con el Sevilla. Llorente (qué pelazo) se retiró lesionado y en su lugar entró De Paul. La primera parte llegaba a su fin con el respetable de Nervión pitando a un colegiado que perdonaba, de manera sibilina, una cartulina a Koke. Quedaba demostrado una vez más que, para los árbitros, lo del Atleti no es dureza sino intensidad. Es como llamar sustracción de lo ajeno a un robo. O simpático a un niño feo.
Comenzaba la segunda mitad con la única novedad de Joao Félix, el niño de oro del Atleti, en el terreno de juego. La salida del chavalito parece que le aportó madurez al equipo colchonero, aunque parezca algo incongruente. El Sevilla se mostraba con el balón incómodo y nervioso, como un novio nuevo cenando en casa de sus suegros.
Parecía reponerse el equipo sevillón a base de garra y orgullo. Rekik luchó un balón en línea de fondo hasta la extenuación, se la puso atrás a Rakitic y con la pierna menos buena la mandó cerca del palo. Avisaba el Sevilla como ese wasap de tu parienta que te pone «tenemos que hablar».
Lopetegui hacía su segunda sustitución dando entrada a uno de los mejores jugadores de la plantilla y el mejor lateral izquierdo de todos los tiempos (sin exagerar ni una mijita), al huevito Acuña. El Cholo, por su parte, quitaba a Luis Suárez, que tiene dos paletas que le pega un bocao a una monea y te hace una llave, para dar entrada a un brasileño natural de Coria del Río, más concretamente de Las Melonas: Cunha.
Si en la primera mitad el colegiado perpetró un arbitraje sibilino, en esta segunda ya se destapó del todo, no pitándole nada al Sevilla y pitándoselo todo al Atleti. Así llegó la tarjeta a Rekik, que no es nada violento para la pinta de asesino a sueldo que gasta. También le sacaba amarilla al Papu y no a Koke en una jugada en la que ambos propinaron la misma patada a su rival. Los aspavientos del Cholo en la banda tenían el efecto deseado. El entrenador argentino protesta a los árbitros corriendo por la banda como Fernando Vázquez cuando celebraba un gol de su Celta o su Dépor. Y todo esto le sale gratis, o lo que es peor, a devolver.
A 10 minutos del final el Sevilla tenía menos gasolina que el vespino de un frutero. Llegaba el Atleti a la meta de Bono de manera continuada y se resistía el Sevilla como el medio limón con clavos de tu nevera, ya seco, pero inamovible. Para más inri, se lesionaba el segundo jugador de la noche, un huevo Acuña que reaparecía, a su vez, tras lesión. Sí, el Sevilla rizaba el rizo.
A la salida de un córner, iba a caer un balón llovido al segundo palo donde iba a aparecer Delaney pilotando el caza de Rakitic para elevarse por encima de Koke, rematar de cabeza un balón que se estrelló con violencia en el larguero y que remachó a la red Lucas Ocampos con una cantidad de testiculina que no cabe en un escroto normal, para hacer el definitivo 2 a 1. El argentino, con su gol, le daba, una vez más, sentido a la letra del himno escrito y cantado por Don Javier Labandón «El Arrebato». Y es que DICEN QUE NUNCA SE RINDE. Le he dicho a mi mujer que esta noche no me espere en la cama, que pienso dormir en esa esquina del Gol Sur, celebrando el tanto. Abrazado a Lucas. Abrazándoos a todos.
El tuitaso
Min.5 y el comentarista ya ha dicho:
— La Tabarra (@porculerototal) December 18, 2021
Joan Jordan
Juan Jordan
Joan Yordan
...
En el minuto 60 es Jony Walker#ElTuitaso
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